Me ha confesado de donde surge su escritura y como tutor, rebelo una parte y la comparto –j re crivello
Dice Diana:
Soy supersticiosa, mistica, esoterica, cabalística, creo en la magia, tengo algún que otro toc. No me dejo pero puedo ser absolutamente desagradable.
Creo que para escribir de todo debe uno conocer su propio registro de claro y oscuro, de yin y yang, de sapiens y bestia, luego se coincide o no con los personajes, pero aquello que conocemos subyace en el relato.
Quizá porque todo es un cuento, todos somos protagonistas, he seguido a personas hasta cinco cuadras para ver como caminan, porque lo hacen como la asesina sobre la que escribo, luego no lo pongo, pero está ahí.
Me puedo pasar horas viendo gente pasar, me quedan grabadas sus expresiones que luego aparecen como al azar. Es como si practicara alguna especie de holográfico vampirismo. Construir un cuento o lo que vaya a escribir es algo que primero me pasa por las vísceras, luego va hacia el cerebro, cuando llego al teclado me lo voy dictando.
A veces no sé si soy quien lo piensa, o el pensamiento está usando mi cerebro. No sé si soy ejecutor o instrumento. Vórtice o epicentro.
También a veces he comenzado a escribir una nota o una carta que han terminado en cuento, en relato, hasta en apostilla.
Me motiva muchísimo que algún demiurgo me inste a caminos desconocidos como el miedo, los policiales, juntar frases de tres autores y crear algo nuevo. Mi concepto de demiurgo es el que sostenían los griegos: «creador».
Bueno, para no saber qué poner creo que me pasé tres pueblos.
Confío ciegamente en vos y en tu criterio. Poné lo que creas que sirve.
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