jueves, abril 25 2024

Jazmín by Leila García

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Leila es la más jóven de los cuatro Talleres de Escritura. ¡Bienvenida Leila! -j re crivello

Un día Jazmín iba por las calles de su barrio, tenían un ambiente rutinario, con colores marrones claros y con un poco de color, pero olían a normalidad, lo que ella no quería nunca. Ella quería escaparse de la rutina diaria que le atormentaba y perseguía constantemente, ella quería libertad y sentir esa libertad que nunca había podido sentir.

En ese momento, se le ocurrió una gran idea para que nadie la descubriese, ni ella misma sabría donde iría. Cuando llegó al bosque de las grandes historias y maravillas se perdió en él, era un bosque con gran vegetación verde y olor a naturaleza y soledad, solo quería un día de tranquilidad y sin que nadie la molestara con las mismas cosas de siempre.

Cuando estaba adentrándose fantasioso, recibió una llamada de su madre muy preocupada, porque las veces que había intentado escaparse, cuando volvía a su casa, su madre la recibía con mirada preocupante y de decepción. Pero para no tener la tentación de coger el móvil, lo tiro lo más lejos que pudo y volvió a centrarse en el fantástico paisaje que tenía delante suya.

Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta de que el bosque era un laberinto, porque ella ya quería volver a la rutina, pero no pudo, así que se tumbó en el césped y cerró sus ojos azules cristalinos; cuando los volvió a abrir vio que mágicamente habían aparecido muchas flores multicolor(es) y ya no tenía la estructura anterior sino que ahora era un laberinto con muchas flores y en medio albergaba un gran árbol.

Cuando se acercó corriendo hacía el árbol, el suelo se volvió de agua y su traje era diferente al que llevaba, era un vestido blanco y en vez de tener el pelo de color azul como antes, lo llevaba de color marrón oscuro tirando a negro ondulado. Todo era muy rocambolesco y misterioso, ella no entendía porque había un bosque así, entonces cuando llegó por fin al árbol, las flores se acercaron a ella, pero en concreto las flores violetas y jazmines y se quedaron dónde estaba ella de pie. Como ella aún no lo había acabado de asimilar, intuyó que las flores querían que se tumbara encima de ellas y eso mismo hizo, en ese momento se sentía rara pero a la vez libre, y volvió a cerrar sus hermosos ojos para hacer la siesta.

Después de un buen rato dormida, se despertó de su larga siesta de paz, pero cuando puso sus maravillosos ojos en el césped, había una carta de As de Tréboles llamativa, como Jazmín era muy curiosa la cogió arriesgándose a las consecuencias que tendría. Cuando la cogió, el árbol se abrió y de allí salieron todos los males, como la Caja de Pandora, pero no se esparcieron por la ciudad, si no que se fueron a bajo de todo y salió de allí un sabio. Ese sabio era un señor mayor que coleccionaba muchas cartas como la que tenía Jazmín, se dirigió a ella para cogerle la carta, pero ella se la guardo en el bolsillo que tenía el vestido. El sabio murmuro unas palabras indescifrables para luego irse hacía el cielo.

Pero aun no se había cerrado el árbol y Jazmín se adentró en él sin saber lo que había allí. Cuando entró no vio nada, estaba todo oscuro, pero cuando  cerró los ojos para abrirlos rápidamente vio la luz de sus barrios conocidos. En ese momento aun iba con el vestido y el peinado, pero un amigo suyo que caminaba por allí le dio un conjunto todo negro con unas gafas de sol también negras. Ella no entendía por qué hacía eso su amigo, también le dio un pequeño bolso con sus cosas y se fue corriendo.

Mientras el chico escapaba, ella lo estaba viendo que él también llevaba ropa negra. Al final captó el mensaje que le quería transmitir y se escondió en un edificio abandonado para cambiarse y guardar la carta en el bolso y seguirle. A continuación, buscó la iglesia donde se encontrarían todos. Cuando llegó,  se sentó con su mejor amigo, que a él le gustaba ella.

Mientras el cura estaba hablando, al lado de la foto del compañero de clase de su mejor amiga, que había fallecido recientemente,  apareció repentinamente una foto de un As de tréboles llamativo como el que cogió en el bosque alternativo. En ese momento, ella creía que se había vuelto loca, porque le preguntó a quien estaba a su lado si al lado de la foto había una fotografía  de un As de tréboles, pero le dijo que no.

Cuando acabó esa pésima celebración, es decir, el funeral de su compañero, les dio el pésame a sus familiares y a los compañeros que lo habían aguantado en clase, ella en ningún momento había llorado, pero dentro vio que mucha gente si y les compadeció.

Ella, al llevar gafas de sol, no se le vio caer ninguna lágrima, ya que ella no tenía relación con él.

Cuando volvió al bosque, se le cambió la ropa en un segundo, ella no creía en la magia ni en la fantasía, pero lo tenía que hacer. Cuando llegó al árbol se tumbó de la misma manera que encontró la carta, y se sintió libre con una paz infinita. Cerró los ojos para dormir y ya nunca más los volvió a abrir.

 

 

 

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