jueves, noviembre 30 2023

Que ni la muerte nos separe by Axel Gándara (Crono Axel)

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Axel Gándara es un nuevo colaborardor de MasticadoresdeLetras ¡Bienvenido Axel!  -j re crivello -editor

Había una vez dos almas que se encontraron por casualidad a la orilla de un furioso rio, una de ellas era de color azul y la otra era de color rojo, ambas estaban perdidas y no sabían que hacían en ese lugar. La de color azul propuso a la otra caminar juntas para ver si podían saber que hacían ahí, de igual manera era más agobiante estar confundidos y solos. La de color rojo acepto y emprendieron la caminata junto al rio.

Cada una se turnaba para hacer una pregunta a la otra, pero ambos respondían no lo sé, no lo recuerdo. Minutos más tarde de haberse encontrado comenzó a llover pero ninguno parecía aquejarse por aquella situación, el rio crecía cada vez más y era peligroso estar ahí, su plática duro más de lo esperado y parecía que sus recuerdos nunca volverían.

La charla se convirtió en sonrisas para más tarde terminar en carcajadas, estaban muy cómodos con la presencia del otro. El alma de color rojo comenzó a dar ligeros saltos mientras se adelantaba un poco frente al alma de color azul, esta tropezó y cayó de rodillas, la otra corrió hasta ella preguntando si algo le había pasado, la tomo de la mano y la ayudo a levantarse, cuando sus manos se tocaron el alma azul dijo

– ¿Estas bien Lorraine?

– Si Abel, estoy bien.

Mientras Lorraine se levantaba lentamente el rio comenzó a calmar su furia, el nivel del agua bajo drásticamente pero no paraba de llover.

– Ya sé quién eres – Ambos exclamaron al mismo tiempo.

Se abrazaron fuertemente y no podían dejar de llorar, no sabían que ocurría, o por que se encontraban en ese lugar.

Caminaron unos cuantos metros y se encontraron con un gran árbol derribado que cruzaba de orilla a orilla de aquel rio, ya que no lograban encontrar nada en esa orilla decidieron probar suerte del otro lado e intentaron cruzar por medio del árbol. Para asegurarse que fuera seguro Abel decidió ir primero y Lorraine estaba justo detrás de él, bajo del tronco sano y salvo y a pocos centímetros antes de que ella también bajara, resbalo cayendo en aquel rio que aunque ya había bajado el nivel del agua corría con fuerza, arrebatando a la mujer de la mano de él.

Lorraine despertó en una cama de Hospital, mirando asustada todos los cables que estaban conectados a su cuerpo.

– ¡Estoy viva! – Repetía una y otra vez.

– Don… ¿Dónde está Abel?, debe estar preocupado por mí, no morí ahogada.

Veía impaciente a su alrededor buscando a su esposo, pero no estaba presente, estaban un par de doctores, una enfermera y sus padres.

– Lorraine, el no sobrevivió – dijo su madre, mientras se le hacía un nudo en la garganta.

– ¿Cómo que no sobrevivió?, la que callo al rio fui yo, ¿Dónde está?

– ¿Cuál rio hija? – todos la miraban confundidos.

El 13 de abril de 1997 Lorraine y Abel sufrieron un accidente automovilístico en el que solo ella logró sobrevivir. Despertó el 13 de junio de 2002 después de haber estado en coma por 5 años, ella jura que su esposo estuvo a su lado todo ese tiempo.

Cuando el camión de cargamento choco del costado del conductor, Abel murió automáticamente.

Ella asegura, que el aun la espera a la orilla de aquel furioso rio.

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