Agua by Celia Pérez León

Hoy comienza a colaborar en Masticadores esta interesante joven escritora. Bienvenida Celia! ; por cierto Masticadores ha llegado a los 116 escritores que colaboran. Gracias! -j re crivello

Agua. La masa incontrolable aún en la prisión de las cuatro paredes. Constante movimiento por la razón mínima del aire. ¿A quién no le asustaría eso? El agua corre y nunca se detiene. Al agua no le importa si necesitas un descanso de su movimiento constante, no piensa frenar. He conseguido atraparla muchas veces en vasos o botellas, pero incluso ahí aprovecha cualquier ruido excesivo para moverse y matar mi calma. El agua, ¿acaso aún van a decirme que trasmite calma? ¿Saben que el agua, precipitada desde la altura adecuada y en la cantidad precisa, podría comprimir a un humano? Comprimirlo. Completamente. Aplastarlo y que no quede nada de él. ¿A caso van a seguir diciendo que es inofensiva? Es un ser inerte dotado de la habilidad del movimiento constante. Sus partículas nunca se encuentran en reposo en el medio natural ¿Qué? ¿Van a frenarla? ¿Cómo lo harán? Ya la han almacenado en cubos, barriles, vasos, botellas, estómagos y piscinas. ¿Han conseguido domarla? Ah, no creo. ¿Van a seguir diciendo que es inofensiva? Es el peor de los males, porque es incontrolable. ¿Se han parado a pensar en los destrozos de un tsunami? Ah, claro que no, no es el agua, es dios, es la naturaleza, o algún plan de conspiración del universo, pero no el agua. ¿Alguna vez se han planteado conseguir calmar el agua de forma definitiva? ¿Es qué nadie piensa domarla?

-¡Salta de una maldita vez mocoso o me encargare de que no salgas de ahí el resto de tu corta y jodida vida!

El agua no hizo nada para frenar los abusos.

-¡Salta de un jodida vez! ¡Gallina!

El agua sabía que debía temerle y no lo corrigió en ningún momento con un diluvio instantáneo.

-¿Te asusta el agua, maldito? ¿Los renacuajos chupa culos como tú no flotan?

El agua no se iba a frenar para que yo flotara. El agua no va a hacer nada por frenar su ira. Y yo tampoco.

-Maldito… ¡Ahora vas a aprender a obedecerme cuando te digo que hagas algo!

El agua dejo que me golpearan esa tarde. El agua fue testigo de la mayor humillación de mi vida. El agua vio como mi piel quedaba marcada por las muchas cicatrices que aún conservo. Y yo, no voy a dejar que el agua salga limpia de esta.

Ya no le temo al agua, porque la he comprendido. El agua carece de control, y por eso es invencible. El agua no deja que la lastimen, porque no hay forma de superar el caos de sus movimientos. ¿Cómo vas a lastimar a algo que carece de patrones? Claro que no puedes. El agua no desaparece de la tierra, el agua se mueve de aquí allá. Hora en la tierra, hora en el cielo. Hora en la nieve, hora en el mar. No se detiene ni un segundo. Ya lo he comprendido, y yo, voy a enfrentarme al agua.

Mis pies volaron un segundo. Si el agua vuela, yo también puedo hacerlo. El corazón iba a salirme del pecho, pero ya no tenía miedo. Y si lo tenía, no iba a controlarlo. Cuando mis pies tocaron el agua grite. Chille. Aullé y patalee guiado por la masa inmensurable de sentimientos que llenaron mi cuerpo. Ya no había control. Y luego, ocurrió. El movimiento impacto en mi cuerpo, guiado por cualquier razón que me asaltara, y esta vez, era el agua. El agua se mueve y yo con ella. El agua me mueve. El agua es mi razón para moverme. El agua le da poder a mi descontrol. Y estoy nadando, a la velocidad del agua. Ya no voy a controlarme. El agua no controla su ira. Y yo tampoco.