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Diario de Buenos Aires: Hilando fino by Fabiana Laffitte

Parecen sinónimos pero marchan distinto. Confinamiento y cuarentena parten hacia direcciones diferentes.

Le echo el ojo a cuarentena. Es más finita. Tal vez ese aire cuantitativo marca un ciclo y se hace más esperanzador que lo de confinamiento, que cae como sentencia. Cosa juzgada.

Además trae a confín, a esa otra manera de hablar de límites y fronteras, de exclusiones y otras referencias poco amables en las geografías del sur de la América del Sur que habito.

Ni qué decir lo que resta que sume a fin con sus séquitos de promotores apocalípticos y zombis aterradores.

En cambio, cuarentena permea un paréntesis que no impide que todo continúe fluyendo.

La RAE apunta en segundo lugar que cuarentena refiere un peine de telar que tiene 4000 hilos. Manos humanas manejan dicha herramienta, laboriosas y pacientes crean en sus telares. Transforman urdimbres y tramas en realidades únicas, útiles, bellas, observando a la naturaleza.

Tal vez por eso hace siglos que artesanos del telar, en diferentes culturas, conocen lo que las ciencias biológicas han descubierto hace poco: que el motor de la evolución no es la competencia salvaje por sobrevivir sino la coordinación, la sinergia, la cooperación.

Las garras ensangrentadas de los más aptos es el encuadre reducido de una fotografía amplia en la que anidan muchas más relaciones de coexistencia e interdependencia que la clásica del predador.

Quienes observan bien a la naturaleza dan cuenta de comportamientos de protección y hasta de limpiezas de unas especies hacia otras, de coordinación grupal sorprendente de mamíferos, peces y aves que giran o avanzan simultáneamente sin el bravucón que se cree el jefe a cargo.

Tal vez esta pandemia lleve a ampliar nuestras imágenes de auto referencia, añadiendo alternativas a la excluyente de especie competitiva, al haberse evidenciado cuánto podemos lograr a partir de la cooperación y la inclusión.

Tal vez de este revés emerja una nueva trama relacional en la que actuemos conscientes de que cada hilo importa y de que, a la realidad, más que manejarla, tomándola como un objeto a dominar y controlar, estamos invitados a transformarla: Somos nosotros, es nuestra creación.

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