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Vidas paralelas II by Valentí Gómez i Oliver

la bicicleta

         Como nos recuerda el “Himno órfico” número LXXVII, dedicado a Mnemósine, (personificación de la Memoria), vale la pena “invocar a la soberana Mnemósine, que comparte el lecho de Zeus y engendró a las Musas sagradas y de sonora voz; que siempre se mantiene al margen del pernicioso olvido que daña la mente y conserva todo su pensamiento en estrecha relación con las armas de los mortales, acrecienta la capacidad y el poder de raciocinio de los humanos y, muy dulce y vigilante, recuerda todo pensamiento que cada uno siempre guarda en su pecho, sin desviarse jamás y excitándoles a todos su espíritu. Pero, venga, afortunada diosa, instígales a tus iniciados al recuerdo del piadoso ritual y manda lejos de ellos el olvido”.

         El ritual es, en el primer caso, el robo de una bicicleta a un  desempleado que se dedica a pegar carteles. Estamos en la  Roma de la postguerra. El primer día de trabajo le roban la bicicleta y ya no puede trabajar. En su desesperación, intenta robar otra bicicleta pero es detenido por la multitud. Todo en presencia de su hijo. Ladri di biciclette, de Vittorio de Sica, es la película que nos lo cuenta.

         Hace pocos días, es el segundo caso del ritual, en la ciudad de Rosario, Argentina, un extraordinario jugador de fútbol ( un mito sin  quererlo), Tomás Felipe “el Trinche” Carlovich, salió a  sus 74 años a pasear en bicicleta por el centro de la ciudad. De pronto, fue asaltado por unos delincuentes, y al forcejar con ellos para defender su bicicleta, cayó al suelo, se golpeó la cabeza y falleció. Todo en presencia de un público atónito.

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