jueves, abril 25 2024

16/52 relatos: Pretty Boy by Aneizar L.

Pretty Boy

La cita de hoy era una más de cada día. Eso pensé antes de conocer a la clienta, no era como el resto de mujeres que contrataban mis servicios. Ella era joven, guapa y con un cuerpo de escándalo. No podía entender como una mujer así deseaba contratar a un chico de compañía. En el escaparate de la avenida principal vi un traje muy elegante, seguro que también muy caro. Cuando me dispuse a entrar para preguntar por su precio, el dependiente se interpuso en mi camino.

– ¿Desea algo el caballero? – El tipo me mira de arriba abajo. Poniéndole mucho énfasis a caballero, su rostro daba a entender que estaba oliendo a mierda. Yo era la mierda.

– Quería preguntar por él. – No me dejo acabar la frase. Antes corto con su mano mis palabras y me hecho con mucha sutileza. No creo que encuentre aquí nada de su agrado. En galerías Paco seguro que ves algo más de tu gusto. Buenos días. – Me abrió la puerta y me guió con su mano a la salida. Mi reloj marcaban las 12, en hora y media debía estar en el Palace con la clienta. No debía perder el tiempo, si quería conservar clientela así debería ser puntual y cuidarla bien.

– La habitación de la señorita Arauiz. – Sin levantar la cabeza del teclado, apenas pude oír el número.

– Planta 8, habitación 825. Me tiende una llave. La señorita no ha llegado. Pidió que se pusiera cómodo, mientras llegaba. – Asiento y me dirijo hacía la habitación. Subo solo en el ascensor, se puede oler lo ostentoso por todos lados. Demasiado para mí. Al entrar en la habitación, decido ir directo al baño y darme una ducha. No se nada de mi clienta, solo su edad y que es una importante empresaria de la zona. Al salir de la ducha, puedo oír la puerta de la habitación cerrar, cojo la toalla que cuelga del lavabo y salgo para recibirla.

– Señorita Arauiz – La llamo para ver donde se encuentra.

– Tuteame, si vamos a echar un polvo está feo que me trates de usted. – Al darme la vuelta, veo una mujer independiente ante mí, con una sonrisa en su rostro. Llama mucho mi atención. Se ve fuerte y preciosa.

– Muy bien. Olaya. Yo soy Victor. Solo tengo una norma. – Alzando una ceja y me imagino que por su curiosidad, me deja terminar. – Nunca beso en la boca. Ella asiente, queda conforme y comienza a desvestirse. Pasamos un buen día, no salimos del hotel. Hemos podido también hablar de cualquier cosa. Es una mujer muy inteligente y me fascina la gran personalidad que tiene.

– Solo tengo una pregunta para ti, Victor. – Gesticulo para que continué. – ¿No quieres hacer algo más por ti? ¿Estudiar algo? – Sonrió.

– Me pago la carrera de medicina con este trabajo. Pagan bien. Y en su gran mayoría, mis clientas son personas mayores que solo quieren ser escuchadas. – Sonríe, sus ojos brillan mucho. Tiene una luz muy natural saliendo de dentro.

– ¿Medico? No te pega nada. – Ahora se ríe a carcajadas. Cada vez veo una mujer más preciosa. No puedo evitarlo. Me voy acercando más a ella, nuestras miradas se encuentran y sujeto su rostro en mis manos y junto mis labios a los suyos. Puedo notar el tiempo pararse. Ya jodí mi única norma. Pero se siente bien.

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4Comments

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  1. 2
    historiasconk

    A veces, entre parejas ya sea liberales o de momentos punutales, se suele poner normas que nunca se llegan a cumplir. Me ha gustado tu relato a pretty woman pero pretty boy. La unica norma debería pasárselo bien jeje!! pero volvemos al eterno dilema entre si un hombre y una mujer pueden ser solo compañeros de cama o algo más. Es difícil, porque uno de los dos siempre quiere más. ¿Quien será? En serio, me ha gustado mucho. ¿Puedo compartirlo? ah! creo que me diste share. Con permiso lo comparto ¿eh? Buen relato. Espero degustes de mi relato de hoy miercoles en el rincón de keren.

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