
El decaimiento, la tristeza, la rabia y la desesperación se mantienen agazapados en cada rincón del tiempo. Cada día al acecho. Asomando por momentos y llenándolo todo. Pero no les dejo. Los barro, los aspiro, los friego para mantenerlos a raya. Alejados lo máximo posible del centro neurálgico de mi vida.
Cada día es una montaña rusa en la que los sentimientos suben y bajan a ritmo vertiginoso. A veces la apatía gana y deja que se paren las máquinas, pero unas palabras sirven para coger fuerza y volver a subir.
Es una continua lucha entre el querer saber y el mantenerse ignorante. Idiota y egoísta por momentos. Sufridor en silencio. Víctima y verdugo. Manteniéndose firme en unos principios que, parece ser, ya de poco sirven. Marioneta. Títere sin cabeza.
Y me siento cobarde por no asumir riesgos. Y consciente de ser un minúsculo grano de arena. Pero quiero permanecer en mi playa.
blog de Rosa www.lallavedelaspalabras.wordpress.com
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