
En aquella ocasión los dígitos del reloj apuntaban las 00:00 horas, era un reloj de esos modernos que hasta hablan, recuerdo esa noche como si fuera ahora…
Estoy inquieto, me asomo a la ventana que da a la calle, las ventajas de este motel son las luces, él está por llegar. Muerdo mi labio inferior mientras espero ansioso a ver su figura aproximándose por los andenes solitarios de este suburbio sin vida; para personas como nosotros esto es el mejor escondedero, alejados de la mirada incisiva de quienes no aceptan el amor tal y como es; pero no hay que negar que nos arrastran sus miserias. `Toc Toc´ sonó la puerta