Vidas paralelas IX, la torre de Dédalo: ¡Vivir o morir! by Valentí Gomez i Oliver

by Valentí Gomez i Oliver

La Torre de Babel. Al inicio  ̶  hace miles de años  ̶  dicen los lingüistas que la humanidad hablaba una sola lengua. Hay quien especula que se trataba de la lengua hablada en la Atlántida, con la cual el euskera tendría algo que ver. Un día decidieron construir una torre muy elevada, de manera que se pudiera llegar hasta el cielo. Pero Dios, al comprobar la soberbia de los constructores de dicha torre, decidió confundir a los seres humanos y por ello nacieron miles de lenguas. Y así, de momento, hasta hoy.

La Torre de Dédalo. El rey Minos de Creta descubrió la traidora complicidad que el genial arquitecto e inventor, Dédalo el ateniense, había mantenido con su hija Ariadna para que se implicara en la fuga del laberinto minoico del héroe ateniense, Teseo, y diera muerte al terrible Minotauro. Minos castigó a Dédalo encerrándolo en una torre inexpugnable. También encarceló a su hijo Ícaro, hasta que un día, a punto de ser terriblemente castigados por Minos, los dos, padre e hijo, se evadieron de la torre volando, con unas alas fabulosas que Dédalo inventó.  A medida que los dos volaban sobre el mar, Ícaro desobedeció a su padre y en lugar de mantener un vuelo comedido, se envalentonó, remontó el vuelo  y se acercó demasiado a Helios, el dios Sol. Los rayos divinos derritieron, inevitablemente, la cera que servía de cohesión a las impresionantes alas plumadas, por lo que Ícaro, el hijo inquieto y desobediente, se precipitó al abismo. Dédalo, impotente, sólo pudo contemplar su mortal caída.

La Torre dei Conti. Era una de las numerosas torres que poblaban Roma en la época medieval. De ella escribió el poeta Petrarca: “Turris illa toto orbe unica” (La torre es única en todo el mundo). Con los siglos ha ido disminuyendo su altura, casi en una tercera parte, que es como la podemos contemplar hoy, en pleno barrio Monti, junto a los Foros imperiales.

La carta de La Torre. Uno de los 22 arcanos mayores del Tarot es la carta de la Torre (que corresponde al número 16 y también es conocida como “la Maison Dieu”. Aparece un rayo, o lengua de fuego, que la atraviesa mientras caen desde lo alto dos personajes. Representa el caos y la inestabilidad. También el inicio de una nueva época. Su representación iconográfica nos recuerda, a nivel arquetípico, lo que ocurrió con las “Torres Gemelas”, de Nueva York, el “9/11” del año 2001.

                                                                                        Valentí Gómez i Oliver