Presa del pánico, Betsy gritaba desesperadamente para que alguien la ayudara, pero nadie apareció a socorrerla. Un enorme dragón de Komodo estaba mordiéndole salvajemente el brazo.
Abrió los ojos y súbitamente todo se esfumó.
Enviaseló a tus amigos:
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
1 Comment
Add yours[…] #Microrrelato: Parálisis del sueño by Neus Bonet i Sala […]