viernes, diciembre 1 2023

UN SEGUNDO ANTES DE BESARTE by Manuela Rodriguez

Imagen facilitada por la autora

Me encanta, cuando entornas los ojos, color caramelo y me miras los labios. Espero ese beso con la impaciencia de un pajarito que recibirá en el pico el alimento, que hará fuertes sus alas, para surcar las nubes.

Me encanta, ese segundo antes de besarnos, se me eriza la piel, quisiera prolongarlo pero me puede el deseo, me acerco, en ese momento, todo es perfecto. La vida merece la pena, los problemas se quedan colgados de los árboles, seis grados bajo cero pueden arder en un volcán, o podría congelar el infierno.

Pero hace días que no nos ven las luciérnagas de mentira de mi portal,

Hoy me han preguntado por ti, cuando subía, miré hacia otro lado, yo también te echo de menos, tanto que en este momento, ardería contigo, aunque fuese en una pira funeraria.

Siempre corremos riesgos,

temerosos de ser descubiertos por seres de otro planeta que no entenderían cuanta llama puede guardar el corazón de unos humildes escribidores de versos, que se hacen el amor a base de metáforas,

que se ríen de las cosas importantes de la vida,

y que brindan a veces, a su salud, con una lágrima.

A falta de tu piel y de tus besos, sobrevivo comiendo tus palabras.

Un te quiero, me da para una cena, de dos platos y postre, regada por vino, café y una copa de cava.

¡Comer te quieros, masticados y dulces, es el elixir con el que Zeus se alimentaba!

Somos como los Dioses del Olimpo, el amor nos da poder y alas.

Si la tierra se nos revela, tenemos a Vulcano para partirle las entrañas

Tu solo ámame y yo pondré el mundo a tus pies y aleteos para el alma.

Si nos expulsan de la tierra prometida, podemos construir países nuevos,

en ellos construiremos nuestra casa.

Haremos la obra a cuatro manos,

A fuerza de querernos.

De madera de roble, con el techo de paja

y un hermoso lecho de pétalos de margaritas, almohadas de rosas, por aquello de que alguna espina, nos despierte abrazados y saciados de todo, cada madrugada.

Amor es la única palabra que en mi diccionario está desgastada, de tanto usarla, de tanto intentar comprender, por qué vino a mi vida cuando no lo esperaba. Estamos hechos de la misma materia. ¿ Como no encontrarnos?

El impacto era inevitable

Jugamos cada día con fuego y una noche cualquiera  nos arderán las manos.

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