jueves, abril 25 2024

Noche cerrada by Rosa Boschetti

Salió a caminar, como era su costumbre desde que llegó a ese lugar. Esa mañana en particular le sorprendió la sonrisa de un extraño. Se atrevió a devolver el saludo, pero observó que la mirada del extraño lo traspasó y continuó su camino hasta reunirse con otro a quien iba dirigida la sonrisa. Cabizbajo continuó por las calles que aún son desconocidas para sus ojos, a pesar de haberlas recorrido en infinitas vueltas en los últimos diez años.  

Ya era noche cerrada cuando decidió volver a su triste morada. Fueron muchos los que pasaron a su lado sin mirarlo y como una sombra llegó hasta su puerta. Allí, un grupo de personas le impiden entrar al edificio. Temeroso se abre paso, pero esas personas parecen no verlo, no notan su presencia. Policías, médicos y una camilla con una sábana que cubre lo que parece un cuerpo, le impiden entrar a su piso. Se pega a la pared para dejar paso. Un frío hasta ahora desconocido recorre su cuerpo y se apodera de él. En silencio y a una distancia prudente los sigue hasta llegar de nuevo a la calle.

Noche cerrada

Allí escucha los murmullos que se pierden en el aire, aunque otros pasan directo a sus oídos:  

—Parece que lleva muerto varios años, es raro que nadie lo haya notado…

—A mí sí me llegaba un olor desagradable, pero pensé que era su olor normal… ya sabes que así olería esa gente…

Al introducir la camilla en la ambulancia la sábana se mueve y muestra un rostro inerte, azulado, sin apenas arrugas. Así rejuvenecido se contempla a sí mismo.

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