
Imagen tomada de Pinterest
Tu boca es el arado que labra mi cuerpo
la cáscara de tu olor me hace semilla
de tus labios se engarzan las palabras
como un tiovivo luminoso
que susurra el poema del origen.
Hace tiempo que los caballos escaparon.
Tu mirada, un guante lascivo,
rebusca nuevos escondites
en la geometría de mi sudor.
Yo soy la presa, me descubres,
¡desnúdate! ordenas
y lanzo lejos mis pendientes.

(Eva Mitocondrial)
Reyes García-Doncel