
Imagen tomada de Pinterest
Cierro los ojos y el recuerdo de nuestra pasión nocturna me enciende, en estos momentos y lugar intempestivos. Siento esponjarse mi sexo. Vuelvo sentir tu mirada llena de deseo que me anuncia el inminente ataque de tu cuerpo desnudo, que yo espero impaciente. Aunque sonrío y me hago la remolona, también desnuda ante ti.
Besos en la boca, lenguas que se entrelazan. Tus manos, tu boca en mis pechos. Pellizcas mis pezones y de ellos surgen oleadas de excitación que bajan hasta mi vientre como culebrillas juguetonas que se introducen en mi sexo y le hacen abrirse jugoso. Me excito aún más, mientras siento como tus manos aprietan fuertes mis glúteos. La mías, en el mástil duro, inhiesto, turgente, que concentra toda tu virilidad, y me complazco acariciándole, estimulándole. Reprimo el deseo de cobijarlo en mi boca, pero tú, entonces, me lo pides, y esa orden tuya, desinhibida, me lanza hacia él. Mi lengua lo recorre, lo lame dulce, para centrarme en darte placer, y darme placer porque tu excitación, me excita. Oigo tus gemidos y aún me enervo más. Mi volcán está a punto de entrar en erupción, mientras siento tu boca sobre mis otros labios frenética. Tu lengua ávida, succiona, ensaliva. Estallo. El orgasmo me traspasa, pero no me sacia de ti, acrecienta la necesidad imperiosa de fundirme contigo, de sentirte dentro de mi, de que nuestros cuerpos estén tan íntimamente unidos como nuestras almas.
Siento en mi interior tu daga ardiente que me traspasa hasta lo más intimo. Y comienza la locura: un tobogán de vértigo y placer por el que descendemos sin freno, al ritmo de nuestras caderas. Contemplo tu éxtasis, tu media sonrisa, tus ojos cerrados sintiendo y gozando Quizás recreando alguna de las fantasías que inventamos en nuestros juegos eróticos.
Presiento tu estallido, el placer es inmenso, casi imposible de soportar. Tu orgasmo, tremendo, como un terremoto, me levanta en vilo y sus ondas expansivas se propagan por mi cuerpo. La convulsión me sacude y me lanza hasta el infinito rota en mil pedazos.
Entonces, la pasión deja paso a la dulzura que nos desliza en una bruma algodonosa y caliente en la que solo existimos tú y yo, en cuerpo y alma fundidos. Todo lo demás no existe.
blog de la autora:
ENTRE LA SOLEDAD Y EL APLAUSO... ESCRIBO
felicitasrebaqueblog.wordpress.com
2 Comments
Perfecto y detallado. Imposible modificar ni una coma. Fabuloso.
Nunca me cansaré de decir que el amor es muy bonito cuando es correspondido. Cuando ocurre lo contrario, en algún lugar del mundo, un cura sodomiza a un monaguillo.