Después de veinte horas de avión, Donna no parecía la misma mujer con la que me había casado tres días antes. No fue hasta la segunda noche en la habitación del hotel bebiendo un vaso de Brandy con regusto amargo que me acababa de servir ella con una sonrisa sarcástica, cuando me percaté que me iba a dormir eternamente.
¡El documento que firmé antes del viaje, no era el contrato de la alarma de la casa!
Neus Bonet i Sala
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[…] Luna de Miel amarga by Neus Bonet […]
Madre mía, envenenar un Brandy en lugar de agua o comida. Hay gente que no tienes sensibilidad.