Con paso quedo
la arboleda derrama
sueño y rocío.
Por las ruinas
se deslizan los dioses.
Quietud de piedra.
Suena el otoño
cascabeles azules
de la aceituna.
Rompe la noche.
Con su capa de estrellas
el cielo late.
Algas sin dueño
en la arena estrellada
el mar arroja.
Entre adoquines
se revelan las briznas.
La ciudad sueña.
De Caminos naturales (inédito)
Elena Marquéa