(blog de El Cuidador de Tao)
La palabra samadhi es clave en muchas filosofías y prácticas orientales. Etimológicamente viene del sánscrito y podría traducirse como “unión”. Veremos que se une y de paso veremos si hay otras absorciones aparte de samadhi.
Samadhi se ha asociado con el estado de iluminación, satoris varios, nirvana, un estado de meditación profundo, la naturaleza búdica, trance místico, etc…
Me ha gustado esta referencia que da Dogen, sobre todo porque parte del Zen actual parece rechazar el samadhi:
Cargada de misticismo, en realidad, esta palabra realmente explica algo bastante sencillo de entender.
A pesar de que puede haber muchos tipos de samadhi de clase, profundidad y perfección muy diferentes, el samadhi no deja de ser aquella situación en que estamos completamente absortos bien en vacuidad (sin contenidos mentales), bien trascendiéndolos (presentes pero lejanos y sin impacto) o bien con contenidos mentales unificados con el observador (jhanas con objeto, tantrismo, etc…).
Estas serían las tres categorías básicas aunque cada una puede tener mucha variación, sobre todo la tercera.
Y dado que consiste en determinada forma de estar absorto, es parte de la familia de las absorciones. Absorción viene de absorto, viene de quedar absorto en algo.
La RAE definen bien absorto, no hace falta complicarse más la vida con definiciones complejas:
Pero podrías pensar, acaso eso ¿no nos pasa cada día?
Pues sí. Como a menudo, la cultura popular acierta cuando dice cosas como “me metí dentro de la película” (en el cine) o “me olvidé del mundo” (mientras leía) o ¿qué pasa cuando estamos tan absortos en algo que no oímos ni que nos dirigen la palabra? Sordos no somos… (bueno, Tao, sí). A veces incluso luego podemos «recordar vagamente» que estábamos absortos y alguien nos ha saludado…
A veces oímos términos como «ni percepción, ni no percepción» y nos parecen lejanísimos y dignos solo de Buddhas, pero cuando has estado absorto y no has oído que te llamaban, ya estabas ahí, en cierta manera… pero esa cierta manera carece de interés espiritual o es incluso contraproducente. Aún así la experiencia vale la pena que sea analizada y de ella obtendrás sabiduría.
También se dice, aunque es indemostrable, que los animales viven en una situación de samadhi permamente, siempre totalmente absortos en lo que hacen en ese momento (esto último es muy tibetano).
Entonces es este un estado muy ordinario, así pues, ¿Qué es interesante del estado de samadhi? ¿por qué se considera un estado místico y relevante? O mejor, ¿bajo qué condiciones se considera místico y relevante o útil io espiritual?.
Ese estado de absorción total es para el budismo un atisbo (si es temporal) del estado notablemente perfecto en el que no existe ni el pasado, ni el futuro, ni yo mismo, ni observador, ni objeto de la observación separados. Todo es uno y todo es ahora.
Es por eso que es tan cierta la frase “me metí en la película”. Un sabio, más místico, quizá dirá que eras uno con la película (eras parte de la película). Y aquí decimos que estás absorto porque es más fácil de entender y asociar con tu experiencia personal.
Muchos procesos mentales se detienen (eso que tanto cuesta cuando te sientas a meditar) al quedar absorto en la experimentación pura, en la pura percepción. Eso no es tan sorprendente, podrás haberte dado cuenta o no, pero cuando quedas absorto en una película tampoco surge el pensamiento reactivo (o muy poco, solo cuando sales de la absorción brevemente).
Otro ejemplo común sería cuando los melómanos oímos música con atención total y podéis encontrar montones de ejemplos más. También hay personas que experimentan un estado de samadhi cuando corren, escalan o hacer otras actividades deportivas. También estamos absortos en los sueños, hasta el punto que ni nos extraña poder volar o cosas similares.
En esas situaciones el tiempo parece cambiar, tanto puede parecer que el estado ha durado una eternidad como un suspiro.
Bio De Oskar
Estudié ingeniería superior en informática porque hay que comer y soy cuidador (algunos dirían sirviente) de un gato sordo y algo gordo, Tao.
De Barcelona y nacido en agosto del 70 salgo a la montaña cada fin de semana, fui instructor de escalada y durante tres décadas apenas había otra cosa en mi vida. Enamorado del Himalaya vuelvo siempre que puedo. Me gusta hacer fotos aquí y allá, sobre todo de animales. También escucho música e intento pintar al estilo chino-japonés de la mano de mi sensei. No soy un absoluto desconocedor del mundo del té, que bebo en exceso. Esas son mis habilidades, todas ellas intensamente inútiles.
Auto-didacta en budismo y aledaños, me gusta escribir, con toda seguridad, en exceso. El silencio sería más prudente. Y supongo que eso es lo que me ha traído hasta aquí pues ni escribo libros, ni he recibido premio alguno, ni lo recibiré.
Sin nada que lo justifique ocurren eventos que nos cambian, revelan una forma de ver el mundo muy diferente y nos llevan a estudiar algunos sabios del pasado, a creer en la posibilidad de que una vida mejor es posible, que la mente puede cambiar radicalmente y que el camino para ello debería poderse transmitir a otros. Intentando discriminar y quedarte con lo que no sea ilusorio, los textos son un intento de ayudar que, como tantas otras forma de comunicación, apenas sirven de nada si es que no son contraproducentes. En el Zen dicen "echar nieve en un pozo de agua" y dejar que todo siga siendo lo mismo en cierta manera.
Es ésta, otra ¿habilidad? intensamente inútil. Echemos otra palada.
La palabra samadhi es clave en muchas filosofías y prácticas orientales. Etimológicamente viene del sánscrito y podría traducirse como “unión”. Veremos que se une y de paso veremos si hay otras absorciones aparte de samadhi.
Samadhi se ha asociado con el estado de iluminación, satoris varios, nirvana, un estado de meditación profundo, la naturaleza búdica, trance místico, etc…
Me ha gustado esta referencia que da Dogen, sobre todo porque parte del Zen actual parece rechazar el samadhi:
El Buda dice: «Cuando ustedes, monjes, unifican sus mentes, la mente está en samadhi. […] Cuando obtienes samadhi, la mente no se dispersa, tal como aquellos que se protegen de las inundaciones guardan el dique.»
Cargada de misticismo, en realidad, esta palabra realmente explica algo bastante sencillo de entender.
A pesar de que puede haber muchos tipos de samadhi de clase, profundidad y perfección muy diferentes, el samadhi no deja de ser aquella situación en que estamos completamente absortos bien en vacuidad (sin contenidos mentales), bien trascendiéndolos (presentes pero lejanos y sin impacto) o bien con contenidos mentales unificados con el observador (jhanas con objeto, tantrismo, etc…).
Estas serían las tres categorías básicas aunque cada una puede tener mucha variación, sobre todo la tercera.
Y dado que consiste en determinada forma de estar absorto, es parte de la familia de las absorciones. Absorción viene de absorto, viene de quedar absorto en algo.
La RAE definen bien absorto, no hace falta complicarse más la vida con definiciones complejas:
[persona] Que dirige toda su atención a una actividad o pensamiento, aislándose de lo que lo rodea.
Pues sí. Como a menudo, la cultura popular acierta cuando dice cosas como “me metí dentro de la película” (en el cine) o “me olvidé del mundo” (mientras leía) o ¿qué pasa cuando estamos tan absortos en algo que no oímos ni que nos dirigen la palabra? Sordos no somos… (bueno, Tao, sí). A veces incluso luego podemos «recordar vagamente» que estábamos absortos y alguien nos ha saludado…
A veces oímos términos como «ni percepción, ni no percepción» y nos parecen lejanísimos y dignos solo de Buddhas, pero cuando has estado absorto y no has oído que te llamaban, ya estabas ahí, en cierta manera… pero esa cierta manera carece de interés espiritual o es incluso contraproducente. Aún así la experiencia vale la pena que sea analizada y de ella obtendrás sabiduría.
También se dice, aunque es indemostrable, que los animales viven en una situación de samadhi permamente, siempre totalmente absortos en lo que hacen en ese momento (esto último es muy tibetano).
Entonces es este un estado muy ordinario, así pues, ¿Qué es interesante del estado de samadhi? ¿por qué se considera un estado místico y relevante? O mejor, ¿bajo qué condiciones se considera místico y relevante o útil io espiritual?.
Ese estado de absorción total es para el budismo un atisbo (si es temporal) del estado notablemente perfecto en el que no existe ni el pasado, ni el futuro, ni yo mismo, ni observador, ni objeto de la observación separados. Todo es uno y todo es ahora.
Es por eso que es tan cierta la frase “me metí en la película”. Un sabio, más místico, quizá dirá que eras uno con la película (eras parte de la película). Y aquí decimos que estás absorto porque es más fácil de entender y asociar con tu experiencia personal.
Muchos procesos mentales se detienen (eso que tanto cuesta cuando te sientas a meditar) al quedar absorto en la experimentación pura, en la pura percepción. Eso no es tan sorprendente, podrás haberte dado cuenta o no, pero cuando quedas absorto en una película tampoco surge el pensamiento reactivo (o muy poco, solo cuando sales de la absorción brevemente).
Otro ejemplo común sería cuando los melómanos oímos música con atención total y podéis encontrar montones de ejemplos más. También hay personas que experimentan un estado de samadhi cuando corren, escalan o hacer otras actividades deportivas. También estamos absortos en los sueños, hasta el punto que ni nos extraña poder volar o cosas similares.
En esas situaciones el tiempo parece cambiar, tanto puede parecer que el estado ha durado una eternidad como un suspiro.
Bio De Oskar
Estudié ingeniería superior en informática porque hay que comer y soy cuidador (algunos dirían sirviente) de un gato sordo y algo gordo, Tao.
De Barcelona y nacido en agosto del 70 salgo a la montaña cada fin de semana, fui instructor de escalada y durante tres décadas apenas había otra cosa en mi vida. Enamorado del Himalaya vuelvo siempre que puedo. Me gusta hacer fotos aquí y allá, sobre todo de animales. También escucho música e intento pintar al estilo chino-japonés de la mano de mi sensei. No soy un absoluto desconocedor del mundo del té, que bebo en exceso. Esas son mis habilidades, todas ellas intensamente inútiles.
Auto-didacta en budismo y aledaños, me gusta escribir, con toda seguridad, en exceso. El silencio sería más prudente. Y supongo que eso es lo que me ha traído hasta aquí pues ni escribo libros, ni he recibido premio alguno, ni lo recibiré.
Sin nada que lo justifique ocurren eventos que nos cambian, revelan una forma de ver el mundo muy diferente y nos llevan a estudiar algunos sabios del pasado, a creer en la posibilidad de que una vida mejor es posible, que la mente puede cambiar radicalmente y que el camino para ello debería poderse transmitir a otros. Intentando discriminar y quedarte con lo que no sea ilusorio, los textos son un intento de ayudar que, como tantas otras forma de comunicación, apenas sirven de nada si es que no son contraproducentes. En el Zen dicen "echar nieve en un pozo de agua" y dejar que todo siga siendo lo mismo en cierta manera.
Es ésta, otra ¿habilidad? intensamente inútil. Echemos otra palada.
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