RESCATÁNDOME, es el proyecto en el que Pilar Escamilla Fresco se da voz a sí misma, a su yo mujer, poeta y fotógrafa, madre, escritora y todas esas cosas que ya nos ha contado que hace. Una sección más personal, que sin duda disfrutaremos y degustaremos con placer y que nos ayudará a conocerla un poco mejor. Esta es la primera entrega.
VUELO CON ESPEJO A veces me miro al espejo y me pregunto dónde está la mujer con alas que en sueños me llama, y si esa mujer comparte conmigo nombre rostro pero no alma. Ser consciente de que no funciona nada, de que algo se rompe en mil trozos cuando los oídos de la conciencia se tapan. Despierta el sol en medio de una niebla templada por el sueño revelador. Horizonte que nos mira en la distancia y me trae no tus ojos sino tu mirada. Silencio que llama desde lejos a gritar caminos polvorientos de miedos. Dame las alas que necesita mi mirada. Sólo has de contarme en altura el significado de las miradas calladas. Y si tras las pestañas del suelo que barremos hay fábulas que de día o de noche nos llaman. Cumbres nevadas en el horizonte. Trenes, plantas y distancias. Perdóname por coser a tu espalda las fantasías que sin ningún pudor aún pueblan mis eternas noches libres de pesadillas. Perdóname por ceder ante las ausencias y dar sonido a los silencios más dolorosos, y a la vez dulcemente asombrosos. Suelo brotar de la semilla de mis sueños, suelo crecerme en la distancia, suelo callar lo que mi mirada habla, suelo soñar en silencio palabras. El reflejo que desde el otro lado me mira tiene mi boca, tiene mi nariz, tiene mis ojos. Mi mueca a la izquierda, él la copia a la inversa. El reflejo que me mira de reojo tiene mi rostro, mas no mi alma. Alma de palabras poblada que silentes se escapan por las rendijas de dos ojos con todas, absolutamente todas, sus pestañas. Pareciera que nunca perdiste ninguna. Pero a veces tu mejilla rescata sin quererlo una pestaña suicida que quiere escapar. Enhebrar la aguja, juntar los pliegos, rebajar los largos que siempre sobran, coser los anchos, descoser más tarde. Volver a coser sin pretenderlo. Una puntilla adorna la blusa granate, una puntilla negra de ganchillo de abuela. El espejo me devuelve una sombra de lo que soy una imagen plana de algo con múltiples dimensiones. Silencioso, el espejo calla pero evidencia. Silencioso, cobarde y acusica. Date la espalda, no lo mires, no lo sueñes. Vuelve donde nadie estuvo. Quédate y no vuelvas. A veces me miro en el espejo de mi alma y ni reconozco que soy mujer de carne y hueso, mujer con sueños y deseos, mujer que quiso volar. Mujer que aún puede hacerlo. Mujer... Simplemente.
Texto publicado en el libro: Mi sombra sobre la falda de la montaña REFERENCIA DEL LIBRO ESCAMILLA FRESCO, P, (2012), Mi sombra sobre la falda de la montaña, Madrid, Caradeluna Ediciones
Imagen de portada sobre fotografías de Pilar Escamilla