domingo, diciembre 3 2023

“El que no afana es un gil*” by Francisco Bravo Cabrera

La compuso Enrique Santos Discépolo en 1934 para la peli, “El alma del bandoneón.” Por petición del propio Discépolo, la primera que la cantó fue la actriz y cantante Sofía Bozán, “La Negra” en el Teatro Maipo de Buenos Aires…

Si no sabes a que me refiero, es a la canción/tango “Cambalache.” Hace poco y por pura casualidad la oí, y pasaron los días y esa letra y esa melodía seguía merodeando por mis neuronas. Y es que la letra encaja tan bien, no solo por la descripción tan apta que hace del S. XX, si no porque casi todo eso encaja también en el S. XXI.

El diccionario dice que un cambalache es un trueque o un intercambio de cosas de poco valor. Estoy convencido que las cosas que nos intercambiamos hoy en día son auténtica pacotilla que resulta del poco esfuerzo, del atraso político y social y de permitir que nos mangoneen los que supuestamente están ahí para servirnos. O sea, vivimos en un cambalache perpetuo.

Pero, ostras, si el S. XX fue tan pobre de ideas y tan chungo, el S. XXI, hasta ahora, está peor. Y ¿Por qué lo digo? Venga, lo digo porque lo vivo, lo veo, lo escucho y lo palpo. ¿Cómo se puede palpar un siglo? No es fácil, pero si escuchas lo que dicen en los telediarios y separas las mentiras más obvias, de las mas ocultas, habrás logrado quizá un tilín de lo que puede ser la verdad. Con eso te bastará para saber lo mal que andan las cosas. Esto es lo que dice el tango:

“…que el siglo veinte (S. XXI) es un despliegue
de maldá' insolente ya no hay quien lo niegue
vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.”

La maldad (insolente)pulula entre los que gobiernan los países, especialmente los del mundo industrializado. ¿A quién sirven estos señores si no a sus propios intereses? Además es cierto que nos han revolcado en un merengue, aunque yo diría en la mierda, hecho de tantas ideas anacrónicas y caducas que en otrora llevaron a otros países a la ruina y a sus pueblos a la miseria. Nos tienen manoseados y mareados de tanto puritanismo, de tanto control y de tanta censura. Llegan tan lejos que han llegado hasta considerar un beso un acto delictivo.

En la sociedad no se ha avanzado mucho tampoco pues aunque tengamos más información a mano que en el S. XX, mal uso, o poco es el que le damos. Si, los teléfonos móviles son muy útiles, pero estos “smart phones” se utilizan para tonterías. Por ejemplo para hostigar y hasta para delinquir. Ya sobran los casos de hacking, de robo de identidad y hasta de hacer bullying en los colegios. Y lo peor de todo es que al mal comportamiento de nuestros jóvenes no se les impone sanción alguna. No hay repercusiones negativas a actos negativos. Entonces, ¿Qué estamos enseñándole a nuestros hijos?

Bueno, Discépolo dijo:

Los inmorales nos han iguala'o.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición
da lo mismo que sea cura
colchonero…caradura o polizón.”

Pero tenemos que saber que los inmorales no nos han igualado. No somos iguales a los que roban ni a los que matan ni a los que viven fuera de la ley. Hay que ceñirse la faja y pararse firme ante toda esta inmundicia. Los buenos no tenemos porque soportar delitos ni actos irrespetuosos, ni podemos permitir que destruyan nuestra sociedad ni nuestra cultura.

Para concluir os sugiero que escuchéis una de las tantas versiones de esta canción y os dejo estas frases claves de esta gran canción argentina:

“Dale nomás, dale que va
que allá en el horno nos vamo' a encontrar.
No pienses más, sentate a un lao'
que a nadie importa si naciste honrao'.
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de los otros
que el que mata o el que cura
o está fuera de la ley.”

 

* Un tonto, en Argentina: en España diríamos un pardillo
La imagen pertenece al autor

 

(Valencia, 21 de septiembre de 2023, Francisco Bravo Cabrera, escuchando Led Zeppelin, Houses of the Holy)

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