
Imagen tomada de pinterest
Por todas esas ciervas acosadas que siguen sin poder gozar plenamente de la libertad de sentirse jóvenes y plenas de vitalidad.
Soñé con ser alondra
y volar como muchacha que camina a través del viento,
huyendo hasta librarme del acoso de los hombres
que me miran con ojos obscenos.
Soñé con ser alondra,
para encontrar la libertad
de la caricia del viento entre los pinos
enredándose en mi pelo,
del frío abrazo del agua
estrechando mi cuerpo desnudo en la laguna
del dulce calor del sol en primavera
sobre mis ojos cerrados y mi rostro.
Soñé… Y desperté
como de un sueño que cien años durara.
Desperté a una realidad que sigue recortándome
las alas,
cierva acosada por animales deseos masculinos
satisfechos con artes de caza practicadas en manada.
Soñé… Y desperté
cual alondra con sus alas truncadas por el miedo,
sin terminar de encontrarme en mi desaparecido cuerpo
que renace sin embargo
en el cuerpo de cada joven que hoy vuelve a caer
herida o rota
en la sanguinaria cacería
de quienes la codician cual trofeo.
Soñé … Soñé… Soñé…
Soñé sintiéndome arrastrar hasta el abismo
hasta que soñando grito
y el grito me despierta
y es la voz de Alfonsa, escondida,
que me llega desde las tierras de La Charca:
¡Qué cansada la mujer de ser mujer!
de tener que callar sus más hondos sentimientos
de ser solo fruto para los deseos más obscenos,
de sentir sobre su cuerpo
la avaricia de los hombres,
de tener que callar el agravio de sus manos.
Despierto y grito:
¡Qué cansadas las madres de ser madres!
de advertir a sus hijas del peligro
de lobos acechando tras pieles de cordero,
de aconsejarles esconder siempre
sus propios sentimientos.
Me duermo, despierto y grito:
¡Qué cansadas las niñas de ser niñas!
de dejar que las vistan cual muñecas
de permitir que les roben su destino
de soportar que les trunquen los sueños.
Y la voz se hace susurro,
y el susurro me adormece,
y vuelve el sueño a aposentarse en mis entrañas
y sueño que soy libre
¡MUJER Y LIBRE!
y que libre camino entre los pinos y las aguas
cual muchacha que camina a través del viento
sintiendo que la vida
ni la acosa
ni la engaña.
Soñé… Aún sueño
cual muchacha que corre LIBRE contra del viento.
Mercedes G. Rojo
Este poema fue escrito expresamente para el homenaje que en 2020 se le rindió en León a la gran poeta Alfonsa de la Torre y que quedó recogido en el libro Descubriendo a Alfonsa de la Torre, entre la mística y el feminismo. (Crisálida Ediciones. León, 2020)

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