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CAFÉ MAJESTIC by Nuria Viuda

CAFÉ MAJESTIC. De su serie: "Portugal Seduce"

Situado en la calle de Santa Caterina 112 de Oporto; se encuentra uno de los cafés más bellos de Portugal y acaso del mundo. Abrió sus puertas con el nombre de`` Café  Élite´´   el 17 de diciembre de 1921 por obra y talento del arquitecto Joao Queiroz quien curiosamente vivía en el edificio de enfrente, tuvo allí su taller  y fue el artífice de numerosos modernos  proyectos para  edificios y comercios en esta misma calle.

 El nombre del café fue sustituido al año siguiente por el de ``Café Majestic´´ debido a la influencia de la bohemia  cultural parisina, en la alta cultura portuguesa, impregnada del encanto de la Belle Époque. Una estrategia publicitaria para atraer a los círculos intelectuales de la ciudad;  ya que el primer nombre dotaba al establecimiento de un aura monárquica muy alejada del ambiente republicano y burgués que se respiraba en Oporto. 

Así pues, el nuevo café Majestic, acogió entre sus paredes a intelectuales, artistas, políticos, estudiantes y profesores  de la escuela de bellas artes de Oporto,  y personajes del momento que realizaban allí sus tertulias en un ambiente exquisito  en el que reinaba indiscutiblemente el estilo   Art Nouveau  con sus espejos de cristal de Amberes, sus suelos de mármol de la india, su techo estucado, sus vidrieras multicolor y maderas barnizadas, sus sillones tapizados en terciopelo rojo, sus lámparas, sus bustos y estilizadas  esculturas. 

Cada detalle decorativo, pensado al milímetro, dotaba al café Majestic de una atmósfera lujosa, sofisticada y atrayente, que hacía del local un punto estratégico  al que acudía todo aquel que gustase del paseo por las calles de Oporto pues, desde  su inauguración, constituyó todo un acontecimiento.

Sus instalaciones, soberbias y pioneras, se fueron ampliando con los años: contaban con un patio interior proyectado por Pedro Mendes Silva  en 1925  como si fuese un jardín de invierno. Se añadió un bar cuya fachada se situaba en la calle Passos Manuel  unido al café por una escalinata donde se puso a la venta vino de Oporto. Para su decoración se eligió un estilo típico y regional de arquitectura. Este nuevo espacio, constituido por  un estilo más rústico, fue denominado por  el arquitecto Raúl Lino como casa portuguesa. 

 Un piano amenizaba las largas jornadas de reunión y en el  piso inferior se situaba una sala de billar más tarde reconvertida en sala de exposiciones. Además  en el café Majestic  se vendía tabaco y rapé a través de una ventana diseñada por Joao de Queiroz que daba a la fachada posterior de la calle  Passos Manuel.   Más tarde se construyó una cabina-tienda, acristalada, a modo de pequeño estanco.

Como se puede apreciar estas nuevas innovaciones evolucionaron  conformando un espacio cada vez más amplio que atendía  a las necesidades y exigencia de la clientela. La venta de periódicos y una cervecería móvil, situada frente a la calle de Crasto,  fueron otras de las novedades que incorporó con mucho éxito el Majestic, pionero de una modernidad de instalaciones y diversidad de espacios flotantes fuera de lo común.

Durante décadas  fue referente de vanguardia  cultural y multitud de exposiciones de pintura tuvieron lugar en la antigua sala de billar.

En los años sesenta llegó la triste e inevitable  decadencia del café Majestic .Un estado de semi-ruina y degradación habían dado casi  al traste con sus instalaciones. Tanto es así que en el año 1981 es declarado inmueble de interés público. Dos años después se estudia la manera de salvarlo para la ciudad que lo reclama y adora como  algo propio. Pero no es hasta el  15 de julio del  año 1994 que el Majestic abre nuevamente sus regias puertas después de dos años de continuo acicalamiento dirigido por la arquitecta Teresa Mano Mendes Pacheco.

Pasen y vean uno de los más gratos espectáculos que pueden contemplar y tomen café en este lugar maravilloso que ha recuperado su esencia y su decoración.

 Pasear por Oporto implica recalar en este buque insignia del Art Nouveau y no dejar de lado sus conciertos de verano en el jardín de invierno, sus deliciosos emparedados, helados, sorbetes  además de  toda la oferta cultural  que ofrece con sus recitales poéticos y presentaciones de libros. No tiene precio sentir lo que se siente mirando sus espejos aunque les digan todo lo contrario.

NURIA VIUDA.

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