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SOBRE LOBOS by Luís Darío Rodriguez

    -¿Queda claro? –la ruda voz del individuo más experimentado era atendida por todo el grupo-  Lo repito: observamos y nos escondemos. Nada de pasear tranquilamente a lo largo del día por zonas despejadas de vegetación. Las rocas y los arbustos nos sirven como escudo.
-¿Y esas luces que aparecen por la noche como soles pequeños que se mueven tan deprisa? Me gustaría verlas de cerca.
-De eso nada. Forman parte de unas máquinas de hierro muy grandes que son muy peligrosas. A veces se oye un fuerte golpe y después aparece en las orillas de esos caminos negros algún animal muerto, como ocurre con los jabalíes y corzos. Mejor estar lejos, ni siquiera pensar en que esos restos puedan ser aprovechados por el grupo.
Un murmullo de pesadumbre y tristeza surgió de todas las gargantas. El macho adulto y experimentado deseaba que los jóvenes recibieran su instrucción cuanto antes y estuvieran preparados para sortear los abundantes peligros que les rodeaban. Les iba la vida en ello.
-En cuanto a la estrategia, vamos a dejar claro el comportamiento. ¿Atacamos todos a la vez a la presa?
-¡Siiiii!-se escucharon varias voces juveniles al unísono.
-Respuesta equivocada –el entusiasmo del ambiente se heló-. El objetivo debe ser siempre el animal más débil, por ejemplo, una cría. Si va acompañado de otro mayor o más fuerte, uno de nosotros asume la función de enfrentarse a él para separarlos, gruñendo y mostrando los dientes pero sin acercarse demasiado. Los otros mientras tanto irán alejando la cría y le morderán en patas y cuello hasta que consigan tumbarla.
-En caso de persecución a un solo animal, nos dividimos para acosarle sin descanso desde varios puntos hasta que podamos morder en cuello o abdomen haciéndole caer.
Ocho individuos en total integraban la manada: la pareja de adultos y seis jóvenes pertenecientes a dos camadas. La jornada instructiva finalizaba. El macho se acercó a estos últimos que reaccionaron con actitud de sumisión al jefe: tumbándose patas arriba.
-Está oscureciendo. Llegó el momento de actuar.
 

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