viernes, abril 26 2024

Ellas siempre serán mi casa by Leila Garcia

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Mientras Jennie, la chica con apariencia sexy y tierna a la vez va a por un café para luego ir a su respectiva vida, observa desde donde se encuentra todo su comedor y vuelve al pasado, primero recuerda sus miedos e inseguridades, todos los que tenía y que nunca pudo descubrir el porqué.

Sus miedos aparecían en forma de pesadillas por la noche, estuvo muchos así sin poder dormir sola, hasta había veces que no dormía bien o no dormía por el miedo a que regresaran esas pesadillas.

Pero una nueva etapa llegó, la adolescencia, y antes de empezar ya no tenía esas pesadillas, pero seguía teniendo sus miedos anteriores, cuando pasaba el tiempo intentó descubrir de donde procedían esos temores que llevaba dentro durante mucho tiempo.

Ella en el instituto tenía más amigos y amigas que en la escuela de primaria, ya que uno de sus miedos eran sentirse sola, y eso no quería que le pasara en su nueva etapa. Después de muchos meses volvieron los fantasmas del pasado a invadirla, y empezó a tener miedo de todo por si los tenía cerca o incluso al lado suyo.

Semanas después, estaba con unas chicas hablando para hacerse amigas, pero en ese momento notó que le volvían a invadir para molestarla y que no tuviera amigas, ya que ese fantasma era el de la “soledad”. Ella empezó a hacer cosas extrañas delante de sus nuevas amigas y se apartaron de ella. Todo el mundo de alrededor se apartó, menos un chico bastante guapo, con el que todas las chicas se morían de ganas de estar con él; pero el eligió a la rara.

Desde ese momento empezaron a salir, después de  bastante tiempo ya estaban preparados para tener relaciones sexuales, cuando lo hicieron Jennie disfrutó mucho y al dormir no tenía pesadillas y abandonar en paz.

Después de una buena relación juntos, su novio encontró a otra, lo malo es que Jennie los pilló juntos entrando en un sex shop, ella se echó a correr como si no hubiera un mañana… Para no estar mal, solo buscaba rollos de un día y le funcionó muy bien, porque las noches que salía con unas que conoció gracias a su ex, todos los chicos le preguntaban si quería lio y ella estaba dispuesta a eso.

Lo malo empezó al terminar tercero de la ESO o a mediados, cuando conoció a una chica muy mona que iba con dos chicas más. Jennie las siguió hasta el aula de música. Ella las observaba desde fuera y vio que estaban a gusto, luego se pararon a pensar algo que no podía descifrar, ya que ella no sabe leer los labios de nadie.

Cuando iban a salir, Jennie corrió hacía su taquilla, en ese momento ellas se acercaron a Jennie para preguntarle algo normal como si estuvieran entre amigas.

-Hola, ¿Queremos saber si sabes rapear? y si es así, si  querrías formar parte de nuestra banda, la íbamos a llamar las super nenas, ya que somos tres. ¿Te parece que lo hablemos en el aula de música?

Jennie asintió con una sonrisa que a ellas les encantó, pero más a la chica que llevaba flequillo. Al llegar la chica del pelo negro sin flequillo le dio un micrófono para que pudiera mostrar su talento. Cuando eso hizo la aceptaron enseguida y desde ese momento se formó el grupo de las cuatro chicas “BlackPink”.

Fueron inseparables, había roces, historias paranormales que se contaban, pero hasta pasó una de verdad en casa de ellas cuatro. Jennie tenía mucho miedo y se quedó con Lisa, una de ellas cuatro, ellas dos se hicieron mejores amigas, hasta llegaron a sentir algo mutuamente.

Jennie volvió a la realidad después de regresar de su casa y se tomó el café rapidísimo para ir a trabajar con su grupo y crear muchas canciones, porque, aunque hayan pasado muchos años, ellas siempre estarán juntas y lo estarán muchos años más, porque ellas eran su casa para Jennie.

 

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