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AUTORETRATO DE UNA IDEA CAUTIVA by Rosa Marina González Quevedo

Imagen tomada de Pinterest

Rosa Marina González-Quevedo

Un trazo, dos... Borro. De nuevo un trazo, dos, tres... Bueno, por lo menos he llegado a tres. Sigo adelante... Cuatro, cinco... No me gusto. Borro de nuevo. Me quiero más alta, más estilizada, más joven por supuesto... Ese cuerpo tiene que mejorar. Me quiero espléndida y no lo consigo. Llevo un mes tratando de crear a una persona que se parezca a mí, no sé, que la gente sepa que soy yo. Pero que sea yo diferente a mi retrato de todos los días.

Voy al espejo que tengo en el cuarto de baño. Es un espejo enorme. Pero no he podido cometer otro error mayor que ése. Porque en mi lugar veo el reflejo de otro ser muy parecido a mí. O mejor dicho, un ser que asemeja a ésa que deseo dibujar. Pero la expresión de la no aceptación me desfigura el rostro con una ridícula mueca.

Nunca he sido buena dibujante, ya lo sé. Lo único convincente que he llegado a dibujar en mi vida es un gato. El gato con botas. A los nueve años, cuando leía fábulas.

Sin embargo, soy tozuda. No me doy por vencida así como así.

Vuelvo al cuaderno, lápiz en mano, con la mejor intención de poner fin a esta birria de autorretrato. Arranco la hoja anterior, que está llena de borrones. La lanzo a la papelera. Vuelvo a intentarlo: un trazo, dos, tres... Esta vez llego a veinte o a más, he perdido la cuenta... Y ¿eso qué es? ¿Una paloma? Pues sí. Acabo de darle forma a la idea que tanto deseaba tener de mí misma y, por lo visto, he dibujado una paloma con las alas abiertas. ¡Menos mal!, parece ser que el reino de las fábulas no me ha abandonado aún. Sonrío.  Escucho al enanito que vive en mi interior cuando me dice: ¡Vuela! ¡Ya eres libre!

BLOG: http://www.reginaenvenus.blogspot.com.es/

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