Después de un viaje largo a la comarca de los recuerdos, regados de sueños y olvidos necesarios, decidi volver; pensé que seria facil porque como cualquier cuesta abajo solo hay que dejarse llevar.
Me encontré con algo que no esperaba, ¡mi camino de vuelta no existía!, no hay casa, nido o destino al cual volver, el dolor se llevó todo.
Me dolía hasta la oreja, pero intente una y mil veces, ¡lo juro!, ahora bien ¿donde esta mi recuerdo?, mi pasado, mi ser, increiblemente ya no existia; y en la medida que caminaba, el sendero desaparecia, y al no mirar atrás por miedo o cobardía perdí o se perdió toda referencia a cualquier deseo de volver a ningun lado.
Se de donde vengo, pero ignoro a donde ir.
¡Madre! ¿dónde estas?; Padre, ¿dónde tambien estas?, la brújula del dolor y la nostalgia solo me llevan a un lugar, al olvido.
Comencé a construir simulaciones para hacer un asidero de la nada e intentar volver a la casa que no existia, plagada de recuerdos que no resisto.
Esperaba una mano cordial y benefactora que me llevara de vuelta algun lugar que soñe, que era ni mas ni menos que mi cuna contenedora, donde desde mis llantos hasta mis necesidades eran calmadas por el calor de un afecto.
No puedo volver, porque el aquello ya no existe y tal vez desapareció el mismo día que decidi partir.
Odio el recuerdo desde el mismo dia que fue olvido.
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