

Leo como cura de humildad. Para reír de mis íntimos dolores, para sonreír si pienso que sufro. Leo para acompañarme, para sentir al semejante: para redescubrir la vida ya por mi vivida ¡en su valor! Leo para aprender a mejor vivir, para no creerme especial, para sentirme, para saberme, para gozarme, ¡para aguantarme! Leo para aceptarme como uno más capaz de ser tan grande o tan ruin como pueda ser cualquier otro hombre. Leo… para salvarme. -0-0-0-0-0-0- Publicado en “Pliegos del sur”, Piediciones, 2018.
+ There are no comments
Add yours