viernes, abril 19 2024

5. EL ARCA DEL MORO

By Mercedes G. Rojo

Serie: Leyendas del Camino de Santiago por tierras leonesas V

Apenas a un tiro de piedra de la capital leonesa se encuentra otro de los emblemáticos puntos del Camino de Santiago: La Virgen del Camino. En el mismo se celebra una de las romerías más famosas de toda la provincia, la ligada a su patrono San Froilán, personaje muy ligado a la historia leonesa. Este lugar está unido a diferentes leyendas, comenzando por la referida al episodio que dio lugar a la fundación de la Basílica que hoy es visita obligada en el Camino.

De entre todas ellas yo he escogido quizá una de las más desconocidas, porque me pareció que por contexto era la que más unida podía estar a la situación histórica que dio lugar en sus orígenes a la aparición del Camino de Santiago, un contexto muy unido al culto de reliquias que -entre otras cosas- trataba de hacerse con el tráfico de devotos que a lo largo de los diferentes caminos de peregrinación transcurrían y que generaban importantes beneficios económicos para aquellas zonas o lugares que lograban hacerse con los mismos. No olvidemos que el propio final del Camino está precisamente ligado a la aparición de las supuestas reliquias del apostol Santiago.

A tiro de piedra de la ciudad de León, se encuentra la localidad de La Virgen del Camino, en cuyo famoso santuario se custodían el arca y las cadenas que han dado lugar a esta leyenda.

Espero que la disfrutéis y que os invite a visitar el lugar si pasáis por la provincia. Es la Leyenda del arca del moro y así os la cuento:

               Cuenta la tradición que, allá por el siglo XVI, había un capitán, oriundo de Villamañán, pueblo próximo a la ciudad de León, muy devoto de la Virgen del Camino, que había sido apresado en tierra de moros. El moro que lo tenía cautivo lo encerraba todas las noches en un arca, y ataba esta con cadenas y sobre ella se echaba él mismo a dormir, por temor a que el capitán cristiano se le escapase.  Cada noche se dirigía a él y le decía:

Moro: Reniega, cristiano

Cristiano: Permita Dios que esta noche llueva y mañana haga sol para que se sequen los panes de mi tierra.

M: Ya reniega el cristianico, ya reniega.

               Una de esas noches, estando echado el moro sobre el arca notó que la misma se movía al tiempo que escuchó el sonido de unas campanas. Y preguntó al cautivo:

– ¿Oyes, cristianico? ¿En tu tierra hay cencerras?

Campanitas y buenas- le contestó éste, a lo que el moro añadió:

Pues sal de ahí, que ya estamos en ella.

               Mientras tanto, las gentes del pueblo de la Virgen, que también escucharon las campanas, sin  saber lo que sucedía, se asustaron mucho pensando que tal vez habría fuego, y se fueron a avisar al cura. Éste quedó igual de sorprendido ya que la iglesia estaba cerrada con llave y la llave en su poder, por lo que nadie  podía entrar en ella y tocar las campanas, así  que todos se dirigieron a la iglesia precedidos por el sacerdote, con ánimo de desvelar el misterio.

               No fue poca su sorpresa cuando al entrar en el templo encontraron,  en su interior, al moro y al cristiano sentados en el arca que la Virgen había traído por milagro. Ante tal prodigio, dicen que el moro se convirtió al cristianismo y que  el arca y la cadena con la que cada noche encerraba al capitán en la misma se conservan desde entonces en  el interior del Santuario, eso sí, forrada de cinc la primera, pues los devotos –convencidos de que su madera tenía la propiedad de curar el dolor de muelas- arrancaban astillas de la misma para conservarlas como reliquias.

(Esta leyenda forma parte de las recogidas y adaptadas para mi próxima novela Nunca llegarás a la Cruz de Fierro, ambientada en el Camino de Santiago a su paso por la provincia de León)

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