viernes, abril 26 2024

LA MEMORIA DE LAS RUINAS. Pasado y presente unidos en imagen y palabra. Por Mercedes G. Rojo y Olga Orallo (fotos)

SERIE: La Memoria de las ruinas (I)

 

PASADO Y PRESENTE UNIDOS EN IMAGEN Y PALABRA. 

 

Palomar abandonado en Tierra de Campos

 

Con el comienzo de este nuevo año que, sinceramente, espero que sea mejor que el que acabamos de dejar atrás comienzo una serie de artículos que tienen que ver con viajes, pero no viajes cualquiera sino viajes a esos lugares que están ya sin ser y que tal vez muy pronto dejen definitivamente de estar más allá de la huella dejada en la memoria de quienes los hayan visitado y en las fotografías que de los mismos hayan realizado personas como Olga Orallo, fotógrafa en torno a cuyos reportajes va a girar esta sección que llegará a vosotros/ustedes, público lector, cada mes. «La memoria de las ruinas», que así hemos querido titular este espacio, es una propuesta doble, a caballo entre la imagen que pondrá Olga y los textos con los que yo iré completando y dando vida a cada uno de sus reportajes.

 

LA MEMORIA DE LAS RUINAS

 

Cada fotografía cuenta una historia, a veces la historia tenemos que construirla nosotros, en otras no llega a un fragmento de la realidad (Olga Orallo)

 

El título escogido para esta sección define perfectamente el carácter del proyecto hacia el que Olga Orallo ha conseguido arrastrarme  con su pasión, en un encuentro fruto de la casualidad en torno a diferentes y comunes intereses: la pasión por la fotografía en blanco y negro y una atracción especial por las ruinas que se desperdigan por doquier, y que también llenan mis archivos fotográficos, a los que de vez en cuando recurro como fuente de inspiración para algunas de mis historias. Esta atracción por las ruinas, que está hoy bastante extendida, no es nueva ni fruto de lo «fácil» que los actuales medios han puesto al servicio de una gran mayoría de personas. Ya en su momento esta atracción fue manifestada, por ejemplo, por viajeros y artistas del Romanticismo inglés, que fue extendiéndose por otros países hasta crear una corriente artística que dio lugar a libros de viajes, grabados, pinturas, fotografías posteriormente…, surgidos en torno a ese vínculo emocional que las ruinas producen en muchas de las personas que bien las encuentran bien las buscan, a su vez, dejándonos, en no pocas ocasiones, verdaderas joyas artísticas que han servido de inspiración para otras personas, como estos versos surgidos de la mía en torno a una de las imágenes de las ruinas de Sintra, captadas por otra fotógrafa amiga que, a su vez, ilustró la exposición surgida en torno a textos propios de mi primer poemario Días Impares. El diálogo se convirtió en un feed-back creativo que concluyó con este nuevo poema, ilustrativo -creo yo- de lo que unas ruinas pueden inspirarnos en un momento dado:

 

CON EL TIEMPO / 

Con el tiempo /

sé que retornaré a aquel lugar /

que tal vez soñaron por mí, /

ajenos, /

mis sentidos. /

Encontraré paisajes antes no pisados / 

y arquitecturas no vividas / 

aunque pasaré por ellas / 

como si las recordase de otros tiempos. / 

Escucharé entre sus muros / 

músicas y sonidos ahora inexistentes / 

y sentiré junto a mí / 

la presencia de otros cuerpos. / 

Caminaré entre ruinas / 

por lugares que se han perdido / 

en el tiempo y sus paisajes. / 

Y al deslizar mis pasos / 

por sus rincones / 

sabré si alguna vez estuve en ellos / 

y si entre ruinas perseveró de algún modo /  

mi presencia, / 

esperando a que volvieran a recobrarla / 

-con el tiempo. / 

(Del poemario De este lado de la luz, MGR)

 

 

Y es que las ruinas nos hablan de lugares que fueron, que tuvieron su momento de utilidad y -talvez- de esplendor, pero también nos hablan de las vidas que los llenaron dejando en ellos la huella de sus alegrías, de sus sufrimientos, …, sentimientos y emociones que tal vez trasciendan el tiempo y el espacio como en un hecho mágico que hace que para determinadas personas tengan estos lugares esa atracción tan especial, como si fueran capaces realmente de contarnos sus historias. Es la memoria de cada uno de esos lugares y de las vidas que por los mismos transitaron más allá del tiempo y las circunstancias. Pero hoy no voy a extenderme más en torno a esa «memoria» por rescatar, si es que la tienen, tal como en los versos anteriores se deja entrever. Con dichos versos, y antes de dar comienzo a los reportajes inspirados por las fotografías de Olga Orallo (para leer el primero tendrán que esperar ya al mes de febrero), permítanme dar paso a la presentación de quien será nuestra guía visual por esos lugares cuyo recorrido iniciamos hoy con este avance.

 

 

 

 

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Rincones abandonados en diversas poblaciones, bajo la mirada de Olga Orallo

 

Olga Orallo es una excelente fotógrafa leonesa, podríamos decir que aficionada por cuanto no se dedica de forma profesional a este arte, con la que me unen diferentes colaboraciones desde que por casualidad nos conocimos allá por 2018, con motivo de un homenaje a la escritora (tantas veces nominada al Nobel) Concha Espina. Aficionada como soy desde hace muchos años a la fotografía, aunque hace ya que no le dedico tiempo ni empeño, coincidimos en algunos aspectos que son los que nos han hecho concebir este trabajo conjunto: por un lado la fotografía en blanco y negro que Olga prefiere sobre el color; por otro esa especial atracción por las ruinas que se desperdigan por doquier y que a veces salen a su paso inesperadamente, mientras que en otras ocasiones sale a su premeditada búsqueda.

He querido saber un poco más cuáles han sido los motivos que la han animado a escoger esta temática como uno de sus principales centros de interés, dentro de esa pasión más genérica por el paisaje en todas sus facetas, y aquí tienen sus respuestas:

 

Mercedes G. Rojo. ¿Cómo y cuándo te surge esta pasión por fotografiar espacios en ruinas? 

 

Olga Orallo: No podría concretarlo en un momento determinado, sí en el hecho de que un día vi un edificio en ruinas y me trajo buenas sensaciones; ahora salgo cada vez que puedo en busca de estos lugares. El amor por la fotografía y una cierta pasión por todo lo antiguo son los motivos que me han impulsado a descubrir, desde hace varios años, estos rincones con la peculiaridad que les da el hecho de estar olvidados y abandonados.

 

MGR. ¿Qué es lo que encuentras en estos lugares que la diferencia de otros objetivos? 

 

OO. La grandeza de lo que fueron, las historias que transmiten,…;  sin duda es fascinante ver como la naturaleza se adueña de estos lugares, lugares que tienen una historia que sólo sus muros pueden contar, pero que, a su vez, guardan celosamente hasta el último instante de su existencia. Es maravilloso ver espacios abandonados que han quedado congelados en el tiempo.  Lo que a unos les parece un horror, a otros nos parece de una belleza absoluta; es solo cuestión de los ojos de quién mira.

 

MGR. ¿Qué le aportan estos espacios a tu fotografía? ¿Por qué consideras importante rescatar estos lugares para el ojo de quien puede conocerlos a través de tu fotografía?

 

OO. Sin duda estos lugares en ruinas son los que nos dan la posibilidad de dejar que la historia misma se nos manifieste, más allá de las palabras. A todos los edificios les llega el momento de perder su utilizad original. Algunos quedan abandonados, pero otros pueden gozar de una segunda oportunidad con funciones muy distintas a aquellas para las que fueron proyectados en su origen, como ha ocurrido en algún caso.  Como ejemplo,  el Complejo del Salto de Castro, en Zamora que ya tiene nuevo propietario, para darle otra segunda vida.

Yo los fotografió porque alguno de estos edificios desaparecerá, y es bonito recogerlos en imágenes, por si el tiempo no llega a darles esa otra oportunidad; también para que permanezcan en la memoria de las personas que lo habitaron o, simplemente, para los que sentimos nostalgia por estos lugares.

 

MGR. ¿Cómo eliges los lugares que fotografiar y qué tratas de recoger a la hora de realizar tu reportaje? 

 

OO. Ahora en las redes sociales, encuentras un buen nicho de estos lugares, pero en mi caso a veces son meras casualidades. Cuando viajo, siempre me encuentro algo curioso, pero cuando salgo a propósito a la caza de estos edificios o lugares, antes de hacerlo me informo y visualizo con bastante precisión en Google Earth, porque no es la primera vez que llego al destino, y me encuentro con qué ese edificio está en obras, para la construcción de un próximo hotel rural, por ejemplo, como me sucedió hace poco en Galicia, en un lugar situado en Oza: “el inquietante sanatorio de Cesuras”

 

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Lugares que en su momento fueron ejemplos del desarrollo económico de diversas zonas

 

MGR. ¿Blanco y negro o color? ¿Qué aporta cada uno de ellos a la fotografía de este tipo de lugares?

OO. Para este tipo  de fotografía casi siempre utilizo el monocromo. Creo que al eliminar el color se centra más la atención del espectador  en otros elementos como la textura, la forma o el contraste; de todas formas los amantes del monocromo, de algún modo sabemos que la fotografía en blanco y negro tiene esa particularidad de capturar la esencia eliminando lo superfluo, de transmitir un mensaje, y de generar misterio, eso es lo que yo trato de hacer a la hora de capturar la imagen en estos lugares. Y en lo que se refiere al uso del color, también es verdad que  hay veces que el propio escenario me lo pide, y en el momento de la captura decido si roba atención, qué rol juega dentro de la imagen, como es de representativo o si me comunica algo a mayores; en otras palabras, si es fundamental para que la historia que cuento sea todo un éxito.

MGR. A lo largo de los diferentes reportajes que has ido realizando en relación con esta temática ¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que te has encontrado? ¿no entraña un cierto peligro acceder a estos lugares?

OO. La verdad es que nunca me he encontrado con obstáculos difíciles que me hayan impedido cumplir con mi objetivo, si es cierto que cuando frecuentas estos lugares, te invade el silencio y la extraña sensación de verlo todo vacío, y te da bastante respeto. Cuando se practica este tipo de exploraciones es importante saber ante qué  estamos para diferenciar claramente si estamos realizando una acción que puede ser ilícita o no. En mi caso nunca accedo al interior de propiedades privadas; pero si  en alguna ocasión he querido acceder a interiores siempre busco solicitar el correspondiente permiso o autorización. Si te refieres al peligro que conlleva acceder a su interior por riesgo a sufrir un accidente, si percibo el peligro, no arriesgo. Lo habitual en mí es disparar desde el exterior.

MGR. ¿Qué tipo de precauciones sueles   al respecto? 

OO. Nunca realizo la exploración en solitario y antes de acceder a un determinado lugar hacemos una revisión de la zona. Además, antes de visitar el lugar que me interesa fotografiar, como bien he mencionado ya, busco información y visualizó el lugar desde Google eart, y si no lo veo claro, siempre tengo un plan B.

 

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Las ruinas no solo están presentes en territorio terrestre, también el espacio marítimo puede ser un lugar donde encontrarlas.

 

Y hasta aquí la entrevista realizada a Olga Orallo. Con sus respuestas y sus fotografía, espero haberles despertado el suficiente interés como para animarles a viajar con nosotras, entre letras e imágenes, una vez al mes, y descubrir a través de nuestros reportajes la huella de las personas que un día transitaron por los lugares que hoy solo son ruinas y memoria. Les emplazamos para una próxima cita.

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