BIOGRAFÍA INCOMPLETA DE UNA PIONERA DE LA FOTOGRAFÍA. Por Pepe González Arenas

LOS MIÉRCOLES DE MASTICADORES FEM

Sección: Con firma masculina

Miércoles 1 de febrero. 2023

Natural de Almería, Amalia López Cabrera nace el 30 de julio de 1831. Conocemos pocos datos sobre su infancia y juventud, pero parece que tuvo dos hermanos y creció en el seno de una familia de comerciantes.

Se desconoce la fecha de su llegada a Jaén donde, el 4 de junio de 1858, se casó con el impresor, editor y tipógrafo Francisco López Vizcaíno, dueño de una conocida imprenta de la ciudad. De sólida formación y cultura, López Vizcaíno fue una destacada figura del Jaén del siglo XIX. Su establecimiento surgió hacia 1844 siendo el primer editor de la provincia y el propietario de la imprenta más activa de Jaén en la que se imprimió el Boletín Oficial de la Provincia y se editaron varios periódicos.

Amalia López Cabrera fue una mujer emprendedora y de grandes inquietudes por el mundo de la cultura, revelándose como una activa colaboradora en las iniciativas empresariales de su marido. Es más que probable que la relación de Amalia López con la imprenta se iniciase en el seno de la familia. Esta cuestión no resulta extraña, ya que los oficios relacionados con la edición, producción y comercio del libro se inscribían entre los de tipo artesanal y comercial, que requerían necesariamente de la colaboración de toda la familia para su buen funcionamiento en la práctica cotidiana.

En 1847 llegó a España, Ludwik Tarszensky, conde de Lipa, noble polaco, exiliado político, pionero y maestro fotógrafo, que viajó por la geografía española haciendo fotografías, vendiéndolas y formando a nuevos fotógrafos. Recorrió Valencia, Madrid, Extremadura y Andalucía, recalando en Sevilla y en Córdoba en 1861 donde ejerció como fotógrafo y creó una de las primeras escuelas para enseñar todo tipo de métodos fotográficos. Desde Córdoba llegaría a Jaén, donde las crónicas destacaron la buena acogida que tuvo el fotógrafo polaco y su integración en los círculos literarios de la época.

El conde de Lipa cultivó con gran éxito el retrato, si bien estaba especializado en reproducciones de obras de arte. En Jaén realizó fotografías del Santo Rostro y del Santuario de la Cabeza. Precisamente el 8 de octubre de 1862 regaló estas imágenes a Isabel II, durante la visita de la reina a Andalucía, a la que hizo entrega de “una cartera de moiré y raso conteniendo hermosas fotografías del Santo Rostro por él obtenidas”. Quizá fuera ésta la primera oportunidad que tuvo el conde de Lipa de conocer a la reina, y la que le abriría camino para introducirse en la corte.

El esposo de Amalia, López Vizcaíno, no quiso dejar pasar la ocasión, y regaló a la reina “el primer cuaderno de la obra La Reina en Jaén, relato de la visita regia, en su tipografía impreso y por él editado…”. Así Francisco López Vizcaíno obtuvo el título de “Impresor de la Real Casa”, introduciendo en Jaén las novedades tipográficas más notables de su tiempo.

Probablemente la presencia del conde de Lipa en los círculos culturales propiciaran un acercamiento al entorno de López Vizcaíno y Amalia López, cuyas inquietudes artísticas y empresariales les llevó a interesarse muy pronto por la fotografía. Al igual que en Sevilla y Córdoba, la actividad del fotógrafo polaco en Jaén también estuvo dedicada a la enseñanza de la fotografía.

Amalia López, fue una de sus primeras alumnas. Las enseñanzas del conde de Lipa sobre la técnica y el arte del retrato ejercieron una gran influencia sobre ella, que la convirtió en una destacada discípula.

Su iniciativa y espíritu emprendedor llevarían a Amalia a abrir hacia 1860, su propio gabinete fotográfico junto al domicilio familiar y a la imprenta de su marido. No fue el primer establecimiento en España, ni tampoco la primera mujer en manejar retratos y revelados, pero sí la primera en abrir su propio estudio, convirtiéndose Amalia López en una de las primeras fotógrafas profesionales en utilizar la técnica del colodión húmedo.

La publicidad de El Anunciador de Jaén, deja constancia de la dotación de las instalaciones y sus especialidades:

Gabinete Fotográfico. Calle Obispo Arquellada, 2. Retratos. Grupos. Reproducciones. Vistas. Se han obtenido todos los adelantos recientes en este establecimiento, que podrán ver las personas que lo favorezcan en un álbum donde se han colocado algunos trabajos nuevos. No se entregan retratos si no satisfacen a las personas interesadas. Se sacan fotografías en todos [los] tamaños. Hay una colección de fotografías en targeta [sic] compuesta de cuadros de Murillo y Rafael, vistas de la Catedral de Jaén, reproducciones de imágenes veneradas y retratos de personajes distinguidos, etc., etc. Horas de trabajo desde las diez a las dos de la tarde. Se hacen retratos aun en los días nublados. Tiempo de exposición casi instantáneo. (El Anunciador de Jaén, viernes 16 de febrero de 1866)

No hay constancia de que López Vizcaíno se formara como fotógrafo y tampoco que ejerciera el oficio, lo cierto es que, en la Guía de Jaén de Manuel Bachiller de 1866, el impresor figuraba como el único profesional dedicado a la fotografía en la ciudad, aunque hay constancia de otros establecimientos. A este respecto cabe señalar que, en el siglo XIX, los establecimientos y negocios quedaban generalmente bajo la titularidad del varón, con independencia de que la mujer realizara actividades en los mismos, incluso de cara al público. Esta circunstancia, derivada de la cultura patriarcal de la época, constituye una dificultad para determinar la implicación y visibilidad femenina en actividades laborales de índole diversa, ya que en muchos casos no transcendió a la documentación pública.

Amalia López, consciente de su talento en su nueva faceta profesional, se atrevió a dar el salto al ámbito público dejando constancia de su actividad fotográfica en las tarjetas de sus trabajos, firmadas con el nombre de Amalia L. de López.

Disponer de un taller tipográfico sin duda le permitió tener sus propias cartulinas rotuladas. Conocedora además de las labores de imprenta, es más que razonable que las preparara ella misma, algo que pondría de relieve su versatilidad y visión empresarial del negocio.

El uso de las tarjetas o cartones con información al dorso comenzó en 1854 con las cartes de visite y se mantuvo hasta la década de los treinta del siglo XX, con variaciones en las modas y tipologías de los dorsos.

La profesionalidad y el dominio de las artes de la imprenta y la fotografía llevaron a Amalia López a participar en la I Exposición Aragonesa de 1868, mostrando su producción gráfica y recibiendo una importante mención honorífica.

Con el triunfo la revolución de septiembre de 1868, López Vizcaíno, que es el propietario del diario El Anunciador de Jaén, afín al partido moderado y a la figura de Isabel II, no se siente seguro en Jaén y traslada el negocio a Madrid, vendiendo el periódico.

Un mes más tarde Amalia López y su familia ya se encuentran en Madrid. La ocupación y situación profesional de los miembros de la familia se desprende de los datos del padrón que, en el caso de Francisco indica “Impresor con establecimiento”, y en el caso de Amalia (dispuesto bajo la línea de López Vizcaíno) se indican comillas (“), lo que viene a confirmar que trabajaba en el negocio, actividad que no debía ser una novedad y que ya venía desarrollando en Jaén. Comienza así una nueva etapa en el negocio que se dedicará principalmente a reeditar obras de clásicos.

Ignoramos si Amalia López, siguió dedicándose profesionalmente a la fotografía. No hay constancia, por ahora, de que llegara a abrir ningún establecimiento. El tiempo y la investigación, aportarán más datos.

Desconocemos más información sobre la vida de Amalia López Cabera. Recientemente se descubrió que falleció en Madrid el 18 de agosto de 1895, a los 64 años a causa de una enteritis.

Con esta fecha, se cierra por ahora, la biografía incompleta de esta profesional y emprendedora, que marcó un hito en la historia de la fotografía.

Bibliografía: Antonia Salvador (2021) Entre la fotografía y la imprenta. Las huellas de Amalia López Cabrera y su gabinete fotográfico. Documentación de las Ciencias de la Información, 44 (2), 279-291.

Pepe González Arenas, nació en Córdoba (España) en 1959. Es Licenciado en Ciencias Biológicas y Doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad de Córdoba y  experto universitario en Divulgación y Cultura Científica por la Universidad de Oviedo. Es científico de la Junta de Andalucía, desarrollando su trabajo como divulgador científico en el Centro IFAPA “Alameda del Obispo”, en Córdoba. Ha sido Director-Conservador del Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro (Córdoba) y Delegado provincial de la Consejería de Agricultura y Pesca.

Es autor de numerosos libros, entre otros: La actividad cinegética en Córdoba, Economía ambiental en los parques naturales de Córdoba o Socioeconomía de la pesca deportiva. Su compromiso social le lleva a ser miembro de Greenpeace, Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras. En febrero de 2012 funda la Asociación de Amigos Madinat al-Zahra.

Pepe González Arenas es también un enamorado de la fotografía, de la poesía y del flamenco. Desde 2015 desarrolla una intensa carrera artística como fotógrafo de calle y de retrato, habiendo realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en España como en el extranjero. Sus obras se encuentran en numerosas instituciones europeas y referencias sobre sus trabajos artísticos  acostumbran a aparecer en medios de comunicación tanto americanos como europeos.

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