
Imagen tomada de Pinterest
(Este poema, que escribí hace varios años tras el incendio de los montes próximos al Teleno, en mi tierra, está de nuevo vigente tras este aciago verano de calores y de fuegos. Es como si volviéramos a empezar de cero cuando apenas nos estábamos recuperando del anterior. No han pasado tantos años y seguimos sin aprender)
Mis pasos han perdido su camino
entre la ceniza y los troncos calcinados,
y van hundiéndose mis huellas
en un paisaje distinto
al que mis pies hollaron tantas veces.
Todo ha cambiado en el entorno.
Su imagen más inmensa,
cada uno de sus más mínimos detalles
que se uniforman, ahora,
en la grisácea sensación que todo lo invade.
A mi alrededor, solo un aroma.
El olor del humo que aún perdura.
En torno a mí, un color solo.
El gris ceniciento que se extiende
en gamas infinitas.
Y, envolviéndome al completo, un único sonido.
El silencio,
perdida la llamada nocturna del cárabo
que no encuentra ya su nido;
el bramido de los corzos
que han huido con pavor
del azote de las llamas;
el silbo del viento entre las hojas,
el hollar de las pisadas
sobre las secas agujas de los pinos…
Dónde libarán ahora las abejas.
Dónde irán a buscar el dulce néctar
para esa miel teñida
del oscuro color del brezo.
Con qué curar los males del invierno
y endulzar el sabor de las infancias.
De nuevo, habrá de comenzar
el lento resurgir del proceso de la vida,
y habrán de pasar, aún, muchos años
para que todo recupere su equilibrio.
Quién sabe si algún día
volverán nuestros pasos a caminar
por bosques como aquellos,
recobrados los colores,
los sonidos,
los aromas…
Ojalá pronto la nieve cubra con su albura
el manto gris de las cenizas,
para que al llegar la primavera y el deshielo
surjan de nuevo las hierbas y las flores
como primeras muestras de una vida
que vuelve a renacer imparable y firme.
Mercedes G. Rojo
ENLACES A SUS BLOGS PRINCIPALES y redes sociales:
http://entrepalerasyencinas-mercedesgrojo.blogspot.com/
http://www.elgatomaragato.com/
https://conchaespina2018-2019.blogspot.com/
2 Comments
Seguimos sin aprender y así seguiremos. Siglos de Historia lo demuestran. Humanos… cuesta imaginar cómo hemos llegado tan lejos.
Así es, y lo malo es que la mayoría de las veces siempre son los mismos paisajes los que arden una y otra vez.