Subir al inicio

ENTRE FLORES Y PLEGARIAS by Inma Reyero

Demasiados meses desde que no me llamas por teléfono mamá. A punto de olvidar tu voz, no me equivoqué en nada. La vida ha seguido sin ti. Al principio no me lo podía creer, a la tristeza se le unió la rabia y me invadió la desagradable sensación de hacerlo todo sin ganas.

Pasaron algunos días hasta que volví a reír, no me acuerdo porqué lo hice, lo que sí recuerdo es que me sentí mal, no entendía qué hacía riéndome si tú no estabas para contártelo a las ocho.

Hemos celebrado la fiesta, algunos triunfos cotidianos, los cumpleaños sin velas, que ahora no se pueden soplar no vaya a ser que los deseos se vayan volando y no vamos tan sobrados de motivos.

En cada recuerdo te vuelvo a pasar por el corazón, de ahí sí que no te marchas y tu vela nos ilumina más que nunca.

Y te rezo y te hablo, y te pido y te lloro, a veces sin consuelo porque es que ya todo es contigo, pero sin ti.

De tanto imaginarte y pensarte una noche te soñé, me dormí llorando, echaba de menos algunas cosas, pero sobre todo a ti.

Yo estaba en la cocina y entraste, no apareciste con alas, ni brillando encima de una nube, tú no eras así. Llevabas una bata de flores de todos los colores.

No me hablabas, me mirabas con mucha ternura y una sonrisa. Yo no podía parar de llorar, quería abrazarte pero sabía que era un sueño y no quería que te esfumases. Al final me levanté, merecía la pena intentarlo y tu imagen no se escurrió entre mis brazos. Pude sentirte con tanta fuerza que no podía despegarme.

Cuando desperté estaba muy tranquila y todo siguió, aunque ya sabes, siguió contigo pero sin ti.

No entiendo de  temas oníricos. Quiero pensar que recordando con cariño a las personas que hemos perdido las podemos traer de vuelta aunque sea en sueños, aunque sea sólo un instante. Poco entiendo,  pero estoy segura que ningún sufrimiento, ni ninguna lágrima nos  devolverá nada ni a nadie.

Sé poco de la vida y menos de la muerte. La primera pasa volando y somos responsables de ella. La segunda no es opcional, desconocemos su fecha y son continuidad una de la otra, por  tanto pierde sentido luchar contra lo inevitable.

No hay tiempo que perder, sólo tiempo que disfrutar. Sacúdete, mira al frente, honra a los que no están viviendo por ellos. Disfruta de los que están, no te dejes nada por decir, porque todos algún día nos convertiremos en recuerdos y en  sueños que otros soñarán

Categorias

Deja un comentario

Facebook
Twitter
LinkedIn