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MUERTE EN EL MOLINO by Carlos Cubeiro

imagen tomada de Pinteret

Como cada mañana al amanecer, Marta salió de casa cargada con su cámara fotográfica. El sol brillaba como nunca pintado en colores naranjas y púrpuras.Tomó una senda de pescadores entre castaños, hayas y abedules. Los rayos solares creaban reflejos en el río que simulaban animales fantásticos.

De manera inesperada el cielo comenzó a oscurecerse en pleno día. Los reflejos del río  iban transformándose en sombras de inquietantes movimientos. En poco tiempo la oscuridad era casi total solo un leve haz de luz asomaba a duras penas tras el oscuro disco lunar.

Marta no tenía miedo pero aquella situación no le agradaba nada. Comenzó a hacer algunas

fotos nocturnas de las sombras que se afianzaban a cada momento.

El sonido del discurrir de las aguas y de la cascada cercana se mezclaban ahora con otros no tan conocidos para ella. Era como si la rueda del molino cercano se moviera sola. Ante este nuevo giro Marta tomó en sus manos una de aquellas ramas que había en el suelo y la blandió cual "caballero" de la edad media. Un sudor frío, helado, comenzó a recorrer su cuerpo cuando a lo lejos percibió los aullidos de varios lobos que parecían aproximarse en la casi total oscuridad. Esa sensación helada le recorrió desde la espalda al pecho humedeciendo cada poro de su piel hasta el ombligo y…mas abajo ,mientras sus manos y piernas temblaban como varas movidas  por  el viento. La rama en sus manos se movía también al compás.

Los aullidos eran ahora gruñidos, los hocicos y los colmillos de cuatro lobos estaban frente a ella amenazantes. Andando hacia atrás sin perder de vista los ojos brillantes de los lobos acabó apoyando su espalda en la pared del molino. Allí donde aún se escuchaba girar la rueda del molino.

Todo su cuerpo era puro hielo, debía decidir si tratar de entrar en el molino o enfrentarse a los colmillos que la amenazaban. El eclipse parecía interminable, la oscuridad permanecía. Una brisa fría como un témpano se levantó sólo allí junto al molino. De un golpe dado con la rama abrió la puerta. Tras entrar, Marta la atrancó con unas piedras y despacio se apoyó en la pared más alejada de la entrada en la mas absoluta negrura. En todo esto Marta tropezó y cayó al suelo. Los lobos aún acechaban afuera, aguardaban a su víctima. Cuando ella quiso incorporarse dos manos poderosas, desde atrás la agarraron por el cuello. La rama se le cayó de las manos, toda ella era un puro temblor. Con una sola mano la sujetaba mientras con la otra recorría su piel con la ayuda de un enorme estilete con el que iba rompiendo los botones de la blusa uno a uno.

Marta quería zafarse de aquellas manos pero le resultaba imposible. No sabía que podía hacer en aquella situación. Cuando más desesperada estaba, cuando parecía que su vida peligraba en extremo la claridad se hacía mas patente a cada Instante. De pronto el sonido de una potente motocicleta distrajo al sujeto un momento que ella aprovechó y se zafó de sus manos. Éste recibió una potente patada entre las piernas que debido al intenso dolor le obligó a soltar el arma que cayó en uno de los canales del molino. El sol regresó y con la claridad los lobos desaparecieron de la escena. Mientras el atacante se retorcía de dolor ella trató de huir. La puerta estaba atrancada, ella misma lo hiciera. Marta se quedó pegada a la entrada inmóvil.

En cuanto aquel sujeto se recuperó se quiso abalanzar furioso sobre ella. Momento en que Marta se tiró al suelo y alcanzando la navaja del agua del canal se la clavó en el pecho hasta la empuñadura. En ese momento el hombre que la atacará se derrumbó sobre la rueda del molino sangrando a borbotones. La noche se echaba de nuevo encima. Aquel eclipse durara más que ningún otro jamás.

Parecía muerto el atacante. Marta abandonó el lugar bajo una espléndida luna llena. Ahora sólo el sonido del agua del río se percibía junto al molino. Marta se ató la blusa como pudo y así dejó el río y el molino.

 Cuando Marta dio la descripción del sujeto a las autoridades enseguida supieron quien era, lo buscaban por asesinato desde hacía tiempo. Cuando llegaron a llevarse al muerto…. No encontraron a nadie, sólo la sangre que demostraba la versión de ella. Tampoco había

sangre en las cercanías del molino. También la navaja estaba allí llena de sangre.

Pero… no había muerto, y ahora…..

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