El olor de tu nombre
Tus manos trastocaban fondos, entrañas sin nombre, sin alma, sin destino. Con tu buril quebraste las palabras en añicos. Y aunque no hubo muertes, olía a llanto. Sé que el sentimiento fue tu único testigo. Ω Tu rostro se esfumó en la niebla. Tu vivo ingenio cinceló la transparencia. Estoy condenada a sumergirme en tu silencio. Sólo oigo tu color tan pálido. Ω Todavía amas los versos que precipitaron tu desconcierto y aún bebes de la profunda herida que amamanta tu dolor. Pero los versos ya no beben la sangre del rocío. Ω Esculpes ideas de dentro afuera. Deshaces las palabras en el barro. destruyes los contornos y los torsos. Borras las superficies planas cóncavas convexas. Arrancas miradas extingues sonrisas destrozas perfiles arruinas destinos. Pero el amor todavía te calienta. Ω Te llevaste tu secreto enmascarado hasta lo celeste más remoto. Lo enterraste en la memoria de un buitre volando hacia el olvido.
Web de Marga Clark Link