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Tres poemas de Marga Clark

La noche en que te perdí
vislumbré a la muerte

su mano helada
estranguló tu indefensa
y aún tibia garganta
y se precipitó
por la puerta entreabierta
de tu alma

Aún pienso en la muerte
la tenía tan cerca
al alcance de mi mano
pero se escapó sigilosa
dejando su hálito derramado
en tus sábanas de anémonas
manchadas

Aún pienso en la muerte
tan grave
tan solemne
tan perversa

tan bella
en su transparencia

Me mintió la muerte
me prometió vida
a cambio de dolor

y ahora
cuando ya he borrado
con mi llanto
tu imagen tatuada en mi mente
cuando intento recordar
tu nombre
y tu armonía
sólo pienso en ella
la muerte

la infame
la seductora
la furtiva
la que nos sorprendió
en la noche
la que nos abandonó
en lo más blanco del día

ΩΩΩ

La vida se suicida en un instante

un tiro en la sien
desangra su rostro
entumecido

me abandona
cruel y despiadada
en la noche fría

Quisiera olvidarme
de mi arrogancia
correr tras ella
suplicarle
rogarle clemencia

pero la humillación me hunde
en la vergüenza
muestra mi cobardía
escondida
tras la coraza victoriosa
del triunfador vencido

La vida se suicida
me abandona

es la justa venganza
por mi traición
mi indiferencia
mi desconfianza

huye inexorable
en lo tenue de la noche
su velo empapado
por las lágrimas del desamor

Oh vida no me abandones
escucha mi despertar malva
mi sentir apasionado
en las noches púrpuras
del ocaso

Escucha mi pálpito adormecido
en la impía madrugada
de tu despedida

Escúchame
Oh vida

mi compañera
mi amante
mi enamorada

ΩΩΩ

Hoy la muerte me cogió desprevenida
se deslizó por mi boca entreabierta
buscando mi hálito exhausto

Me escondí en mi sueño
de cigarras y abedules
en un vano intento por eludir
mi destino

pero ella me ofreció sus brazos
azabaches
y me oprimió en su gélido
regazo

Atisbé por un instante
su magnética espesura
y sucumbí en mi sueño

Cómo iba a rechazarte
Oh muerte!

Cómo iba a despertar
sin tu infalible consuelo
sin tu abnegado silencio
sin tu constante desvelo

Hoy la muerte me acogió
en mi sueño

Del poemario Olvidada de mí
Huerga y Fierro, editores,
www.margaclark.com

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