Versos para Agustín by Felicitas Rebaque

Reorganizando en mi ordenador escritos y carpetas, he encontrado estos pequeños poemas que escribí hace unos cuantos años a un amigo literario. Coincidimos en un grupo de en un curso de Escuela de Escritores. No llegamos a conocernos personalmente, pero establecimos a través del intercambio de trabajos y textos, cierta amistad. Después de aquello, estuvimos muchos años desconectados hasta que gracias a Facebook me contactó. Estaba enfermo y pocos meses después nos dejó. Era un hombre entrañable, de esos que a poco que les trates dejan huella. Ojalá le llegue mi recuerdo allá donde esté.

IN MEMORIAM

PARA AGUSTIN  

             
No disciplines tanto,
Ni flageles con aviesa saña,
Tu robusta anatomía,
Por poder viajar a Italia.

Allí se engorda el espíritu,
Y se enflaquece el pellejo,
Así yo volví a España,
Con algunos kilos menos.

Con un pecunio apretado,
Y contadas las monedas, 
La pizza de queso no engorda,
La stratachela alimenta.

No te prives de cerveza,
No dejes el desayuno,
Que allí esos sanos placeres,
Te dejarán sin un duro.

Ni el campari, ni gellatos,
Ni raviolis, ni capuchinos,
Que no te amargue tu viaje,
El perder algunos kilos.

La cultura enriquece,
El saber no ocupa lugar,
en la Roma de los césares, 
te olvidarás de mangiar.

Tengo una pena muy grande, 
Dentro de mi corazón,
No poder ver la Giradla,
Junto con Nora y con vos.
 
Julio 2004



Respuesta versificada a uno de sus poemas

Mil gracias por tu poema  
y disculpa mi tardanza,
en responder como mereces 
a tus cálidas palabras.
El devenir de la vida me entretuvo ocupada,
sin tener paz ni sosiego 
para contestar tu carta.
Es una delicia siempre, 
leer tus letras rimadas,
tu prosa rica y repleta 
de sentires y enseñanzas,
reflejándose entre líneas, 
la calidad de tu alma.
Los azahares truecan tomillos,
en la estepa castellana.
y en Babia, sus montes colorean, madreselvas y gencianas.
¡Ojalá! que el viento te lleve, los olores de mi Babia 
y aquí en sus alas trajera, 
los de tu tierra sevillana.

AIRES DE OLÉS EN CASTILLA
Del Guadalquivir parten aires 
de taconeos y palmas,
El misterio de Sevilla, 
duende que todo lo encanta,
suspiros de alma andaluza, 
en goleta de velas blancas
surca el cielo, que no mares, llevando preciada carga.
El embrujo de Sevilla, 
por orden de la Giralda
ha vestido de volantes 
a su hermana Castellana