En mi sueño entré en una habitación, dos niños jugaban en un espacio agradable y limpio. Uno de ellos me dijo: “el enterrador es Victor” Y me señalo una foto en la pared. Yo llegaba allí en traje y con gran sobrecarga mental. Lo explicaré, cuando uno está confundido con lo que hace y no sabe cómo cambiar su vida.
Pues tal vez de eso podríamos hablar. De las tiranteces que nos reserva la vida metiéndonos en unas vidas que las hacemos, pero no nos atrevemos a cambiar. A erradicar de esa larga agonía como si fuéramos a mudar la piel como una serpiente.
Estamos a comienzo de año, como recién estrenados, todos regresamos a nuestros trabajos o inclusive esperamos que nuestras búsquedas personales se conviertan en nuevas historias para contar: nos apuntamos al gimnasio, o hacer yoga, o la piscina o a pintar. Detrás de cada nueva batalla esta nuestro amado interés por enfocar una parte de nuestra vida de una manera diferente.
Somos nuevas serpientes que han mudado la piel, pero no su alma. Por ello al entrar a una habitación en el sueño, aquí nos recuerda que el pregonero es Victor. Que quien nos dará el discurso es el mismo que era conserje hace años en un club de tenis. Lo cual, mudamos de piel, pero lo que nos cuesta es retocar el alma. Ese yo, que combate de manera apasionada por seguir en una línea de vida que se desarrolla encajonada entre la vida familiar de nuestros progenitores, los genes y nuestras experiencias de vida.
Hace un rato me llego un mensaje decía: “aquí los que hacen yoga, y son mayores, van a las clases con albornoz” Cotejé rápidamente con los de mi clase (hombres) y ninguno lleva albornoz. En definitiva, es la piel que se viste de distintos modelos, pero dentro esta nuestra verdadera realidad mental. Y recordé, la frase de mi profesora de yoga:
“¿Cómo está tu cara? ¿Se encuentra bien tu cara, hoy?
2 Comments
Reblogueó esto en Barcelona / j re crivello// Escritor y Editor / Fundador de Masticadores.
Yo tengo la sensación de que mudamos de piel en las fiestas navideñas. Cuando pasan, cada uno se pone la suya; la de verdad.