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#14 Desde el balcón… by Elvira González

La historia comienza una noche de luna llena, esa escena en el balcón con una mujer que claramente disfrutaba de una copa, vistiendo un caftan. La silueta de un hombre detrás de ella rodeando su cuello, quizás con una pieza de seda o el arma homicida. En esa penunbra manoteo entre ambos para desaperecer funsionados con la oscuridad. Crimen pasional o tal vez solamente una riña de amantes. Desaparecidos o muertos ambos o quizás solamente uno de ellos, lo que si es seguro aquella noche marcó sus vidas. Desde el balcón se veía todo con claridad, pero nadie alcanzaba a ver lo que ahí ocurría, ventaja o desventaja.
Tiempo después el edificio fue vendido. El trato entre el licenciado Ferguson (apoderado) y el inversionista o comprador Clifford. Hizo un excelente trato, como lo tenía encomendado por la mujer que robó su corazón Samantha. El abogado era el primer hombre por quien realemente sentía amor. Aunque en su naturaleza libre estaba de pronto probar otros labios, para depués regresar con su amado Ferguson. Él tenía claro que su amada de pronto buscaba comer otro tipo de bocadillo, nada la haría cambiar, mientras se tratara de algo pasajero. Tal como fue el fotógrafo, el licenciado le compró las fotografías que le tomó a Samantha las cuales eras realmente buenas pero muy atrevidas. Ferguson celoso no deseaba que nadie más tuviese acceso a esos tan artísiticos desnudos.
Ferguson se había jugado hasta la piel por su amada Samantha, todavía se encontraba fuera, no tenía idea de lo que podría suceder. Necesitaba comprobar si la fotografía cubierta era una de las tomas de atrevidas de su amor. Sorprendido pero al mismo tiempo confundido por el encuentro…
Todo estos días, los porteros Matt y Jerry apenas habían visto al señor Victor, el excéntrico fotógrafo. Quien había bajado a despedir a una atractiva mujer apenas salía el sol, había llegado dos días atrás. Se imaginaban la causa de los gritos escuchados, le comió la boca frente a los colaboradores mientras se aferraba al trasero de la dama. Tenían la encomienda de ser muy discretos al observar quien entraba o salía. Jerry quien salia de turno le hizo mención por un momento pensó que la lastimaba, pero salió con cara de felicidad. Victor aprovechó para solicitar que le pidieran a la señorita Sofía otra lista con los servicios a domicilio de la zona. No encontraba la que le obsequió, asintieron con gusto la conseguirían, (ya subía los escalones) cuando regresa.
Se preguntaba si acaso Sofía estaría en la oficina, respuesta negativa, llegaba más tarde. Ambos apreciaban a la señorita Sofía, advertidos por Clifford de cuidarla, era notorio la forma en como la miraba Victor. Ella se había ganado el respeto de todos, era apreciada.
Dentro del apartamento había montado su estudio fotográfico, un diván, biombo, sillas de diferentes estilos, sillones individuales. Un marco de madera grande con cintas colgantes, mesas, alfonbras persas, cestas. Además de múltiples accesorios, todo su equipo con lámparas especiales, incluido su cuarto oscuro, para hacer el revelado. Trasformó el espacio que en su mayoría denotaba erotismo, con buen gusto, bastante ordenado, separado por secciones. Tenía en exihibicón algunas de las impresionantes fotografías de escotes femeninos, se apreciaban desde la boca. En otras una dama abrazada por detrás por su caballero el con camisa ella cubierta solo por las varoniles manos. Pero no se veían los rostros en ese tipo de imágenes, cuidaba la privacidad, a menos que no les importara mostrar su identidad.
Ya tenía impresas las fotos que tomó en el brindis de la inmobilaria de Sofía, parte de esas eran para su colección. Los labios de la hermosa mujer con varias expresiones, hasta cuando comía una aceituna. Otras donde se apreciaba el escote, su silueta, estaba fascinado con ella.
El matrimonio de los Sweetheart (los jubilados ) que rentaban justo frente al fotógrafo, no habían expresado tener ningún tipo de queja sobre él. Ellos solían slir temprano a caminar al parque, después del recorrido siempre se besaban al lado de la fuente. Después de la mano se dirigían a comprar pan o desayunaban en alguna cafetería. De regreso siempre se detenían a saludar al portero en turno para dejarle un bizcocho o pasta. Más tarde después de la hora de la comida daban otra vuelta, no resistían ir por un par de conos con helado. De pronto también le llevaban una en vaso para quien tan amablemente les abría la puerta.
Las chicas habían pasado su primera noche en el nuevo apartamento, durmieron profundamente, era sábado, como no tenían citas. Cosa rara, Sofía decidió que no irían a la oficina medio día como acostumbraban. Faltaba colocar algunas cosas en sus lugar, con tanta ayuda que tuvieron el avance fue mucho. Al abrir el refrigerador el cual estaba a tope de alimentos y bebidas gracias a Clifford y Giuseppe, eso fue un gran acto de generosidad. Comentaron, quizás sería bueno invitarles a comer como agradecimiento. Entre las dos prepararon el desayuno, cortaron una piña en rebanadas, huevos revueltos con salchichas, tostadas. Y claro café recién molido una delicia. Clifford le obsequió un pequeño molino a Sofía.
Además tenian tres tipos diferentes de mermeladas, chabacano, fresa y naranja para disfrutar. Colocaron manteles individuales sobre la mesa redonda, y se sentaron a degustar tal banquete. Era muy temprano todavía, se ponían de acuerdo para colocar fotos y cuadros en las paredes, los accesorios decorativos. Con la segunda taza de aromático, aún en pijamas, decidieron inaugurar con total formalidad el pequeño balcón. Pero lavaron los platos antes, coincidían en eso, si algo les podría molestar era una pila de platos sucios. Con tostada y taza en mano, sentadas en las sillas, apoyaban las tazas sobre el barandal, hecho a la medida para brindar ese servicio.
Se veían los árboles, plantas, como algunas personas caminaban por el parque. Otros barrían las banquetas afuera de sus negocios, aunque era claro que las personas que limpiaban las calles ya habían realizado sus labores. Desde el balcón tenían otra percepción de todo, estaban más que encantadas. Cuando se conocieron no imaginaron que llegarían a ser casi como hermanas, en unos meses sabían perfectamente la forma en la cual reaccionaría por tal o cual situación. Por fortuna solían ser ordenadas y de gustos similares, tenían muy claro que trabajaban juntas, además ahora compartían el techo también. Pasarían algunas noches en pijamadas con sus respectivos novios lo que les daría espacio y mayor privacidad.
De pronto, sonó el teléfono, estaba en la mesa lateral a un lado del sillón, respondió Tania, era Giuseppe, la invitaba a cenar con el tío Carlo. Claro que después tendrían cita romántica en pijamas. Emocionada, alentó a Sofía para estrenar formalmente su habitación. La idea era genial, cuando estaba por llamar a Clifford, timbró el aparato telefónico. Aceptó de inmediato la propuesta de su amada, prepararía la cena para él, eso le encantaba. Acordaron verse en la tarde.
Sofía prepararía la cena, Tania se ofreció a ayudarle, colgaron los cuadros primero, además de acomodar algunos adornos. Arreglaron la mesa con pétalos, velas, copas y la mejor vajilla. Mientras se cocía la pasta, picaron finamente cebollas, ajos, tomates rojos y albahaca fresca. Sazonaron, agregaron vino, lavaron unas lechugas y hojas de espinaca, Rebanaron pan para dorarlo con mantequilla y romero. Cuando terminaron cada una se fue a su baño propio, salieron arregladas. Decidieron ir a caminar un poco, comerían un bocadillo para no lavar más platos, después cada una tenía cita romántica, Fueron a ver el local que estaban rentando, el dueño y un ayudante pintaban por fuera. Había quedado muy bien. Tenía espacio para horno de pan en la cocina que ya estaba instalada, esa idea de pan y café le agradó al dueño, quien dijo tener un mostrador con barra de madera . Que había quitado de ahí, los bancos quedarían por la parte de afuera, Sofía siguiendo sus instintos le pidió que lo colocara, eso sería genial.
Después de comer medio bocadillo con ensalada cada una además de té helado, se despidieron, tania fue a la heladería con su amado Giuseppe. Sofía subió al apartamentos a colocar más pétalos, tenía ganas de sumergirse en la bañera llena de espuma con su hombre adorado.
Se cambió usaba un vestido más coqueto con un escote redondo que permitía que sus bondades se asomaran un poco, se perfumó. Escuchaba música en italiano, justo en pleno atardecer, el timbre sonó dos veces. Abrió la puerta, le llevaba una maceta con unas hermosas plantas, la dejó al lado de la sala, se abrazaron y besaron como s llevaran un mes sin verse. Le mostró como colgaron los cuadros con una copa de vino se sentaron en el balcón, comenzaron los besos profundos. Ella le propuso un baño de burbujas antes de la cena, él aceptó mientras la rodeaba por detrás acariciando sus atributos, el vestido quedó entre la sala y el comedor. Unos pasos adelante las prendas de él, antes de entrar en la bañera, volaron los encajes y él dejó la prenda interior. Dejando descubierta la firmeza de su virilidad, decía que una noche sin ella se sentía como una semana entera de ausencia. Se sentó él y justo a su lado de espaldas ella.
Las varoniles manos frotaban los hombros, clavículas, para bajar a las tentaciones, las cuales acarició con esmero. Recordaban la noche de la ópera, ella le pidió que la hiciera cantar así de nuevo. Obediente logró que alcanzara notas muy altas, después se giró, se le fue encima, advirtiendo que no sería buena con él. Clifford se sentó en la orilla de la bañera, Sofía sin piedad lo hizo estremecer, para terminar ella sentada encima d su amado, agitados, con ese ritmo que se les daba bien. Cantaron al unísono. Claro que al ver las burbujas repartidas por la loseta, algunas carcajadas, un poco de resignación. Con las batas puestas,fueron a secar el piso.
Tenián hambre y sed, cenaron con velas en batas, escuchando música de saxofón, bailaron en la sala, mejilla con mejilla. Comieron helado del bote con una sola cuchara sentados en la cocina, algunos besos. Se sentaron en el balcón para ver la luna tomados de la mano, hasta que el aire los corrió. Abrazos rumbo a la habitación, sentados en la cama, él quiso leer en voz alta la novela que estaba disfrutando tanto su amada. Ella recargada en su pecho fascinada le escuchaba por su perfecta dicción… Mientras Tania gratamente sorprendida al conocer a la esposa del tío Carlo, recién llegada de viaje. Una cena familiar que le hizo sentir tan bienvenida, tal como si fuesen su propia familia. Berenjenas rellenas de carne con salsa de rojos tomates, pasta a la mantequilla, vino, queso y claro helados,. Después de cenar se la llevó a su casa, le tenía preparada una sorpresa en la azotea, le cubrió los ojos con una tela doble, hasta que…
Sentada en un cojín de meditación, descalza, una taza de espumoso chai. He encendido velas con la ferviente intención por un mundo mejor, lleno de paz, salud, amor, en equilibrio y armonía para todos, bañado de empatía. EL ambiente huele a pasta rellena de espinacas con jamón serrano bañada de salsa cremosa de queso parmesano, el postre es helado de chocolate. Servicio de café, infusiones y vino, la noche fresca llena de estrellas, el cómodo sofá tapizado de ilusiones y buenas intenciones, te esperan. Mientras escucho a K.Maro -Femme Like You- me parece genial. Agradezco infinitamente tu grata presencia al blog.
Respira calma. Inhala paz y exhala equilibrio…

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