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DE TU CADERA DORMIDA by Marcelo Tettamanti

Imagen de la Galería Alina Louka


De tu cadera dormida rezuman 
verbos prohibidos,
por cauces de piel blanca 
bajan como un río
a la lava de mis manos.

La tarde gris
entra empujando la tela y
 la habitación huele
a tierra mojada, todo 
es humedad.

No vuelvo a ver el sol 
más que en tus ojos, y 
un arco iris
parece el cabecero de la cama.

Entre cuatro paredes
dos cuerpos amainan la tormenta, 
nos dormimos enredados
en sudor y telas,
nada existe hasta mañana.
 

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