Aprendí a amarte en el silencio
a volar mis manos y descansar
en tu nido de paloma,
amar despacio,
la intensidad solo empuja
hacia el abismo,
soy como la garúa que desborda el río.
Amanece en las arrugas de tu lado
de la cama,
duele tu geografía,
veo desde lejos como el viento
juega en tus cabellos
y como tu voz dibuja un pentagrama
en mis oídos,
funámbulo de un hilo de locura
navego por un mar de pétalos,
compadezco a mi pobre corazón
que galopa al ritmo de tu sombra,
no existe el amor de verano en ti,
se rinden todas las estaciones,
invierno de tu indiferencia
primavera de tus besos,
se acurruca mi alma en un pistilo,
te has hecho dueña y señora
del aire y los latidos,
pintas con carmín
todas las olas,
que golpean sin cesar
mi amor de arena.