
Leo para acompañarme,
para sentir al semejante:
para redescubrir la vida
ya por mi vivida ¡en su valor!
Leo para aprender a mejor vivir,
para no creerme especial,
para sentirme, para saberme,
para gozarme, ¡para aguantarme!
Leo para aceptarme como uno más
capaz de ser tan grande o tan ruin
como pueda ser cualquier otro hombre.
Leo…
para salvarme.
-0-0-0-0-0-0-
Publicado en “Pliegos del sur”, Piediciones, 2018.
2Comments
Add yoursHay que leerse a uno mismo. Me encanta leerte, Juan.
Me ha encantado leerlo! Saludos!