
He leído –por ejemplo- :
Venía del sur o de un verso de Homero
¿Cómo dormir después de haber oído
el mar el mar el mar en su boca?
Y no sé lo que me ha contado pero sí lo que se me ha movido dentro. No sé quién o qué venía del viento del sur o del verso (de qué verso de Homero, ¿de todos, de cualquiera? ) ni cómo sonaba el mar en su boca. Sólo hay dos certezas: que era Homero el autor de verso y que al menos quien imitaba el mar o hablaba de él tenía boca aunque no puedo descartar que tal, sea la imagen de algo. Como el sur. Cómo el sur ¿El sur de dónde? Todo es sur por debajo del polo como todo es norte al otro extremo.
Así que lo que me ha bullido en las venas, motivado, espabilado o espoleado por esas palabras ya estaba dentro de mí y puede que si coincide en algo –acaso el mar- no sea más que casualidad. Pero ¿y si el mar también fuera metáfora de profundidades ignotas o inmedidas? O de a saber qué pensamientos que no alcanzo a cobijar entre mis sienes por vergüenzas o por miedos que tampoco me confieso.
Pero algo ha resonado. Algo me ha poblado los huesos o me ha helado la sangre, ¡qué sé yo! Una forma, un acento… No parece posible que lo que escribió el poeta y lo que en mí se ha despertado sea lo mismo, aún así, o mejor: precisamente por eso.
No necesita hilar un relato lógico, de coherencia evidente, ni le apresa la tiranía de ordenar la narración y hacerla creíble y amena. Por si fuera poco, tampoco usa las palabras en sus definiciones censales y sin embargo crea el mundo cuando escribe y a veces, lector, te es dado penetrar en él o, a su través, crear el tuyo aún sin proponerlo, sin saberlo siquiera…y en un verso de otro y de otro tiempo descubrirte: el primer paso para la conquista.
Así, parece que el poeta nos dote de atemporalidad, nos proyecte a trascendencias… Y al reverso de la moneda nos sitúe en una dimensión más terrena y nos ayude a que entendamos “solos” que nuestra pena otros la padecieron, que ya rieron otros nuestra risa. Muchos otros en ambos casos. Pero dice que tu presencia en tu tiempo también da sentido al universo y que si no estás alguien falta.
n.del a.
Los versos de la cita pertenecen a Eugenio de Andrade