By Denis Boyle
El Poema de Gilgamesh cuenta como Ediku fue seducido por la bella Shamat quien lo llevó a la gran ciudad de Uruk donde perdió para siempre su conexión con la naturaleza y se entregó al sexo, la comida y el lujo. Uruk, en el cuarto milenio a.C. era el lugar más densamente poblado del planeta, con sus templos, murallas, puertas, jardines, graneros, canales y cloacas. Fue la primera ciudad del mundo y la cuna de la escritura.
Hasta la década de 1920 no se tuvo conciencia de la magnitud de las metrópolis conocidas como Harappa, Mohenjo-Daro, Rakhigarhi, Dholavira y Ganweriwala situadas en los actuales Pakistán, Afganistán e India. Daban cobijo a cinco millones de personas y se erigieron como centros de la producción metalúrgica, llevando sus joyas a toda Mesopotamia a lo largo del tercer milenio a.C. Estas ciudades carecían de palacios y templos y no tenían esclavos ni armas de guerra.
Ben Wilson nos lleva por Atenas, Alejandría, Roma y la imponente y fascinante Bagdad de nuestra edad media; y por Lübeck (capital de la Liga Hanseática), Lisboa, Ámsterdam, Malaca y Tenochtitlán.
El autor dedica un capítulo a Londres y otro a Manchester y Chicago. París en el siglo XIX se explica a través de las obras del arquitecto Hausmann, pintores como Manet y escritores como Zola. Nueva York en la primera mitad del siglo XX, transformada por rascacielos, se conoce de las películas de la época. Varsovia durante la segunda guerra mundial es elegida por Wilson para tratar de la destrucción de una ciudad. Los Ángeles durante los años setenta/ochenta es ilustrado con las letras de la música hip-hop; y Wilson evalúa el impacto de las nuevas tecnologías y el cambio climático, mencionando Santander como la ciudad más inteligente de Europa y Barcelona por sus “pasillos verdes”. Habla larga y extendida sobre China.
El último capítulo es especialmente interesante por las cuestiones que plantea. Lagos tenía una población de 280 mil personas en 1950. Hoy viven allí 20 millones, un sesenta por ciento de ellos con menos de 30 años, en un estado deplorable de caos. Sin embargo, Wilson considera Lagos como un ejemplo de la necesidad de tolerar lo informal en una ciudad. ¿Por qué vives en Lagos? – pregunta a sus guías. “Porqué es la ciudad más divertida del mundo.”
Un gran libro.
Metrópolis. Una historia de la ciudad, el mayor invento de la humanidad.
Ben Wilson, traducción de Abraham Gragera
Editorial Debate, 2020, 561 páginas más 80 páginas de notas, mapas y fotografías. 978-84-1800-648-7
2 Comments
[…] en Madrid Jesús Marchante: Volviendo al futuro. En Reseña&Libros, Denis Boyle nos presenta Metrópolis del autor de Ben […]
[…] en Madrid Jesús Marchante: Volviendo al futuro. En Reseña&Libros, Denis Boyle nos presenta Metrópolis del autor de Ben […]