Sinopsis
El poemario es una excursión por el mundo de la fantasía. "Detente instante, eres tan hermoso" escribe Goethe en su Fausto. La mayoría de los poemas quieren captar y mostrar la importancia del ahora, del momento que tanto cuenta en la vida y el confinamiento espacio-temporal en que nos movemos los seres humanos.
El libro es un tributo y una exploración dentro de la Poética de la ensoñación y la Intuición del instante de Gastón de Bachelard. La geometría moderna y sus incursiones en la poesía visual constituyen un aliciente más para inundarnos en su ensoñadora lectura.
El detalle de acompañar cada poema con una cita literaria nos predispone para adentrarnos en el alma de cada poema. Al ahormarse los poemas en torno a la forma se deja entrever un halo culteranista y, en otros casos conceptista al prevalecer el fondo.
Reseña por Felicitas Rebaque
El tiempo. El tiempo imaginado, el tiempo vivido, el tiempo ensoñado. Estos tres factores ha ido conjugando Félix Páramo en este poemario. Pero no de una forma arbitraria: lo ha hecho congelando ese instante en el que el poeta detiene el mundo para escucharse en su propio silencio; a él y a todo lo que le rodea y, al unísono, orbitar en un universo imaginado en el que recrea su sentimiento alrededor del amor.
He disfrutado mucho leyendo, incluso en voz alta, sus versos, intuyendo el alma del autor en cada rima, en un poemario de carácter personal e íntimo en el que el poeta se refleja y en el que las emociones son las protagonistas de sus versos.
El amor es una constante en todo el poemario: amor soñado, anhelado, recordado, vivido en presente, e incluso amor que transciende más allá del tiempo y de la vida. Amor eterno. Lleva al amor más allá de la realidad, a la vez que precede a la misma realidad (ensoñación).
Habrá que pensar
que es cierto
que, si hubo amor, este no acaba,
que acabar es una forma
de entender el factor tiempo.
Y ese amor conjugado con el factor tiempo es el paisaje por el que se deslizan sus rimas. Y la vida. Al sentimiento lo enlaza con la realidad y por eso también lo intercala con melodías más grises: dolor, tristeza, melancolía, aflicción, ausencias, muerte: vida, siempre vida.
Ayes de dolor
sollozos desgarran mis entrañas.
Lágrimas fugitivas anuncian
la derrota de otro día incierto.
No logro escapar de mi destierro cierto.
Todo se me antoja
deforme y escaso boceto
de ese momento de éxtasis,
finito y reposado,
iluminado y fértil,
momento pleno, intemporal
en que dos corazones
calladamente
g r i t a n.
Al factor tiempo lo muestra magníficamente en su dualidad. Por una parte, el instante vivido desde el interior, apasionadamente. El aquí y el ahora, tantas veces transitados de puntillas sin disfrutarlos ni percibirlos en la cotidianidad diaria.
La vida no son los años ni los meses
ni los días,
la vida son los momentos que suspiras,
que respiras.
Describir justo un momento de incontrolable
alegría
no puede plasmarse en libros ni en palabras
o poesía.
Y por otra parte, la percepción del tiempo externo con sucesos y vivencias que provocan posicionamientos y reflexiones y, en ocasiones, nostalgias.
Entendí que el ansia de volar dotó de alas a las aves,
y entendí que las alturas las alcanza el que las sueña.
Fue entonces cuando le pedí
fuerzas a la vida
y la vida me otorgó fatigas a superar,
le pedí
sabiduría
y la vida me planteó mil problemas de no fácil solución.
Hay poemas impregnados de la sensualidad del momento amoroso deseado, soñado o realizado en los que se percibe de forma directa la carga emotiva con lo que logra un acercamiento íntimo con el lector.
Me han emocionado todos los poemas, especialmente, por escoger algunos: «Mientras estemos», «Eres mi memoria», «Encuentro», «Instante y eternidad», «¿Quién levantó a quién?», «¿Qué es lo que importa?», «Aylan», «Otra vida», «Solo silencio», «Ensoñación», «Amor eterno», «Viajar por los sueños», «Donde trisan las estrellas», ...
Pero siempre será el lector quien hará suyos los que más le conmuevan porque la poesía de Félix Páramo llega directamente al corazón y estimulando sentimientos. Esa es la razón de un poema.
Vida, amor, muerte. Instante y ensoñación. Como canta el poema de Miguel Hernández, uno de mis favoritos:
Llegó con tres heridas,
la del amor,
la de la vida
la de la muerte.
Lean, recuerden y ensueñen. ¡Sientan!
Felix Páramo
Natural de San Vicente del Palacio (Valladolid). Profesor de E. F. "Instructor polideportivo" (actual INEF). Diplomado en Literatura española. Licenciado en Filología Anglogermánica. Catedrático de Inglés en EE.MM y Doctor en "Traducción e Interpretación". Trabajó también como Profesor Asociado en la Universidad de León. Asesor de Formación Permanente, representante del Ministerio de Educación en proyectos europeos, incluido el Consejo de Europa. Ponente y conferenciante en diversas universidades. Redactor de artículos académicos e investigación. Coautor de libros de texto y autor de libros de texto on-line.