Subir al inicio

libres, digitales, inconformistas

libres, digitales, inconformistas

RODACIANO by Antonio Toribios

 
30 de abril

Rodaciano era un robot de la estirpe Titán III de Luxe. Fue engendrado por Madox y Paulina, porque en esa era las máquinas tenían ya tecnología y potestad para generarse a sí mismas.

Rodaciano fue creado para trabajar en tareas domésticas. Era de una categoría de seres mecánicos que lo mismo lavaban, que planchaban o limpiaban, y si salían listos podían incluso servir la mesa y dar conversación a las visitas. Pero Rodaciano nació con una tara, y esta consistía en una brizna de insatisfacción anidada en alguno de los recodos de sus millones de circuitos electrónicos. Llegó, no obstante, a robot de compañía, pues era alta su capacidad de aprendizaje, pero nunca fue un humanoide complaciente. Andaba, por el contrario, dándole vueltas siempre a su condición de ciudadano de segunda. Cuando sus señores le encargaban la misión de atender una visita intempestiva, siempre acababa desairándola. Y es que su voz metálica no era capaz de disimular su sentimiento de disgusto. Así por ejemplo, ante Erkembaldo y Sabina, Rodaciano era capaz de soltar un “Las máquinas estamos muy explotadas” que hacía quedar mal a sus patronos. Y era peor aún cuando dejaba caer un “Merezco algo más que atender a visitas molestas”.

Como pasa siempre, incluso en el siglo XXVII, con los seres en exceso sinceros, cayó en desgracia y fue condenado. Su masa corpórea fue sometida a miles de voltios en un patíbulo con cámaras conectadas al ancho mundo, hasta convertirlo en una pasta ígnea que serviría para construir nuevos recambios. Todas las máquinas lo vieron en directo a través de los millones de pantallas omnipresentes en el planeta.

Ahora Rodaciano forma parte del blindaje de una nave de combate, pero los pilotos notan a veces un crujido inoportuno que les empieza a desquiciar.
  ANTONIO TORIBIOS

Categorias

Deja un comentario

Facebook
Twitter
LinkedIn