Siento que te pierdo y no sé cómo evitarlo. Te agarro de la mano pero te sueltas sin querer escuchar mis palabras, las que casi no me salen porque no sé cómo explicarlo, cómo explicártelo porque ni yo misma lo entiendo.
¿Por qué lo hice? No tengo respuesta. Lo fácil sería decir que fue un mal momento, una mala decisión, culpa del alcohol o de la locura bajo las luces y la música a todo volumen… Pero no, no hubo culpas ni disculpas. No fue premeditado, te lo prometo. Simplemente ocurrió.
Sí. Es lo único que te puedo decir porque no hay adornos, matices ni mentiras. No sé. No puedo.
Te das la vuelta para alejarte de mí, de mis intentos, de mis lágrimas, de mis besos perdidos en el aire.
No. Ya no quieres saber nada más. Esta ha sido la última vez. Veo tu corazón hecho pedazos en cada mirada que no me diriges, en cada arruga de dolor que se marca en tu rostro, en tus hombros caídos, en los suspiros perdidos, en los gritos silenciados que te mueres por dar pero que sabes que es mejor callar.
Lo sé. No merezco más oportunidades, las he gastado todas sin comprender que mi gran oportunidad eras tú. Y ahora te he perdido. Siento cómo me desgarro por dentro, cómo lamento todo lo ocurrido, cómo es imposible que vuelvas a creer en mí. Ya no hay excusas, ya no hay lamentos, ya no queda nada.
Siento que te pierdo y esta vez es para siempre.
¿Por qué lo hice? No tengo respuesta. Lo fácil sería decir que fue un mal momento, una mala decisión, culpa del alcohol o de la locura bajo las luces y la música a todo volumen… Pero no, no hubo culpas ni disculpas. No fue premeditado, te lo prometo. Simplemente ocurrió.
Sí. Es lo único que te puedo decir porque no hay adornos, matices ni mentiras. No sé. No puedo.
Te das la vuelta para alejarte de mí, de mis intentos, de mis lágrimas, de mis besos perdidos en el aire.
No. Ya no quieres saber nada más. Esta ha sido la última vez. Veo tu corazón hecho pedazos en cada mirada que no me diriges, en cada arruga de dolor que se marca en tu rostro, en tus hombros caídos, en los suspiros perdidos, en los gritos silenciados que te mueres por dar pero que sabes que es mejor callar.
Lo sé. No merezco más oportunidades, las he gastado todas sin comprender que mi gran oportunidad eras tú. Y ahora te he perdido. Siento cómo me desgarro por dentro, cómo lamento todo lo ocurrido, cómo es imposible que vuelvas a creer en mí. Ya no hay excusas, ya no hay lamentos, ya no queda nada.
Siento que te pierdo y esta vez es para siempre.
