A 15 de junio de 2023, en Gijón, ha fallecido un Passer domesticus.
Hoy ha sido por las zarpas de un gato. Mañana serán por unos dientes afilados. Pasado por una trampa en la que debería haber caído otro.
La próxima ocurrirá desde dentro, cuando tu sangre se rebele contra el cuerpo que la contiene. Y habrá otras veces que por un fallo de cálculo no extenderás las alas en el momento adecuado.
Da igual, el resultado será el mismo. Plumas esparcidas por el suelo, el pico retorcido, los ojos secos y las patas rígidas.
Se ha acabado, no lo tomes demasiado mal. Ya dicen que todo lo que sube cae y este caso no iba a ser lo contrario.
Pero duele, pero es demasiado pronto, pero te pillo de imprevisto, pero pudo ser de otro modo, pero este pero se engarza a otro y ese a su vez se encadena en muchos más... Como cuando Ícaro se acercó al sol, cuando Da Vinci empezó a soñar con maquetas voladoras. Una justificación como otra cualquiera que no sirve para contrarrestar la nueva nada.
Pero recuerda pájaro que viviste:
Los vuelos trapecistas, la lengua bañada en el rocío, el calorcito dormido del nido, los mosquitos atrapados en volteretas de aire, la velocidad rasante contra el sonido.
Los romances silbados al amanecer, el hambre saciada, las caricias de las hojas, los tirabuzones aéreos rozando las nubes.
Sentimos pájaro tu marcha, el irreparable silencio. Pero recuerda que se vuelve, que se expande y que ya te estás transformando en muchos otros. Recuerda que la tierra acoge y el aire aletea.
Rogamos por tu espíritu alado.
Siempre.
Vuela en Paz/ V.E.P
2 Comments
Anabel, cada relato mejor, te superas relato a relato. Soy tu fan n1.
¡Muchísimas gracias!