
Imagen tomada de Pinterest Te alimentas ávido de viandas servidas en las dunas de mi cuerpo. Se erizan como montañas nevadas, la latitud más elevada de mi pecho. Me corta de norte a sur tu lengua y crece mi deseo. Profundizo en tu anatomía y de pronto lo encuentro: Ansioso de amasarme las entrañas, enhiesto enarbolando como una bandera para marcar su territorio, buscando un monte donde izarse, tropieza con el Monte de venus. Melaza, mermelada y masa extendida para un postre que no haremos. Insertas con cuidado tu mástil, tiemblo, Y me dejo arrastrar por un seísmo de fuerza ocho, en agitados movimientos. Nos devoramos, como caníbales. Hemos comido todos los platos de la carta. ¡Aún me queda hambre! Tenemos infinitas horas para un menú completo. De su poemario: Más allá de la piel https://www.lobosapiens.com/más-allá-de-la-piel