Imagen tomada de Pinterest
¿Y si en vez de interpretar el sueño a posteriori en aquel diccionario de sueños antiguo, como había hecho otras veces, se empeñaba en soñar una de las acepciones positivas? ¿Por qué no intentar manipular el azar? Por ejemplo, en la a, abeja, del latín “apicula”: “Soñar con el zumbido de una abeja o enjambre indica mal presagio. En cambio, si soñamos que el insecto nos pica, es señal de que va a recibirse pronto una buena suma de dinero”.
Perfecto, eso mismo serviría. Así que, antes de acostarse, se dedicó a ver vídeos de picaduras de abejas en internet, para preparar la mente, para forzar el sueño hacia esa imagen. Y lo logró. En su sueño, eran varias las que le clavaban su aguijón. Pero malditas sean, ¡también zumbaban! Eso no lo pudo prever. Debido a ello, esa mañana, apareció en su puerta una bolsa de deporte negra llena de fajos de billetes de quinientos. Lástima que en el fondo de la bolsa hubiera además una mano humana cortada que lo llenaba todo de sangre. No se puede manipular lo imprevisible.
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