Me gusta la rama del árbol en invierno,
discurre zigzagueando,
dibujando un rayo negro
como mis pensamientos que cambian
de dirección
torcidos por el tiempo.
Parece un árbol muerto
con su savia inmóvil, helada,
la luz criba en una red de sombra
que atrapa las siluetas desnudas
de las aves.
El árbol espera la señal
de la primavera,
me parezco a él,
mi raíz drena en escombros
que no alimentan flores
y mi sangre apenas sigue un
tropismo frío.
Esperamos